Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-03 17:27:07 / 8282

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

1 - EL ROL BÍBLICO DE CADA INTEGRANTE DE LA FAMILIA CRISTIANA

La Biblia dice que un hogar es verdaderamente cristiano cuando Cristo es la cabeza, pues entonces la atmósfera del hogar estará impregnada de su presencia, trayendo a sus moradores el gozo, la paz, la armonía, y el amor de Dios. El hogar cristiano debe ser como una pequeña iglesia, y como una fortaleza y refugio contra las tormentas del pecado y los problemas y conflictos que nos rodean diariamente. Sin embargo la atmósfera de bendición no estará presente en forma automática, si los integrantes de la familia no hacen lo que Dios pide que hagamos en su Palabra. No cabe duda que es bastante fácil actuar como un buen cristiano en la iglesia, pero es muy distinto el lograr ser un buen cristiano en el hogar.

Demos una mirada al modelo y los roles que Dios ha establecido para los integrantes de la familia, y en particular al modo de nuestro vivir como creyentes, en Colosenses 3:1-25 tenemos un listado detallado de conductas pecaminosas, y un mandato para dejar de actuar según nuestro instinto carnal y emocional, o sea dejar de vivir a nuestra manera, para comenzar a vivir a la manera de Cristo, y para ser de bendición unos a otros. Como dice el versículo 17: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él”. Es bueno como consejeros, que nos examinemos para comprobar si estamos cumpliendo con esta enseñanza en nuestro hogar:

  • ¿Es usted amoroso o amorosa, buscando satisfacer al otro, o busca solo su propia satisfacción?
  • ¿Demuestra aprecio por el trabajo de su esposa, o esposo?
  • ¿Demuestra aprecio por la ayuda de sus hijos, hermanos o hermanas? O, ¿Cree que son la obligación de cada uno las tareas hogareñas y que por lo tanto no requieren agradecimiento?
  • ¿Cómo hijo o hija, les ha demostrado aprecio a sus padres por todo lo que han hecho por usted?
  • ¿Cómo es su carácter en el hogar, malhumorado o malhumorada, irritable? O ¿paciente y perdonador?
  • ¿Cuál es su actitud al escuchar las opiniones del otro? Tiene una actitud dictatorial, o escucha con aceptación.
  • ¿Es respetuoso o respetuosa en sus tratos: conyugales, o de padres a hijos, o de hijos a padres?
  • ¿Hace las tareas del hogar por obligación o las hace con una actitud de cooperación? -¿Es diligente, trabajador, esforzado/a o perezoso/a?
  • ¿Es quejoso o quejosa, o coopera amablemente en lo que se le pida?
  • ¿Mantiene un espíritu alegre o se desalienta cuando las cosas van mal?
  • ¿Considera que es fácil para otros vivir con usted?
  • ¿Es confidente con su cónyuge o guarda secretos?
  • ¿Guarda la integridad del hogar y es fiel a su familia, o hace críticas a terceras personas?

Si encuentra respuestas que denotan un defecto o fracaso en algún área de su vida familiar, ante todo debe reconocerlas como faltas al orden establecido por Dios, y si hay pecado debe confesarlo ante Dios, y si no los hay pero hay fallas en las relaciones familiares, pídale al Señor que le ayude a sobreponerse a ellas. Dios espera que cada uno de nosotros haga nuestra parte, para que el Señor pueda completar la suya.

Cristo nos enseñó a pedir perdón a aquellos a quienes hemos ofendido, si no lo hacemos, esa negación se interpondrá en nuestro compañerismo con Dios, Mateo 5:23,24 dice: “Por tanto si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, y reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”. Si bien no es fácil decir al otro después de una fuerte discusión: “Estoy arrepentido por haberte hablado con tanta rudeza, te pido que me perdones...”. Esta es la única manera en que podremos mantener una atmósfera de bendición en el hogar, deshaciéndonos de sentimientos reacios y agresivos que alejan la presencia de Dios en nuestros hogares. Algunos se excusan porque dicen tener un mal carácter, esto es una mentira del diablo, que mantiene en esclavitud a quien lo cree. Como cristianos estamos siendo modelados en nuestro carácter por el Espíritu Santo, no permitirlo es rebeldía contra Dios. Por lo tanto debemos ser humildes confesando nuestras faltas, pidiendo ayuda a nuestros seres queridos que oren por esa debilidad, Santiago 5:16 dice: “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho”.

Hay cuatro relaciones dentro del marco familiar descriptas en la carta de Pablo a los Efesios, con responsabilidades similares pero con roles distintos:

Relación de las esposas con los maridos: “Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor”. (5:22)

Relación de los maridos con las esposas: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia”. (4:25)

Relación de los hijos con los padres: “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo”. (6:1)

Relación de los padres con los hijos: “padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor”. (6:4)

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7 Parte 8

Copie y pegue en su muro de Facebook el siguiente enlace:

https://www.miiglesia.com/site/show-post.php/capitulo-11-el-hogar-cristiano
Editar

Comentar

Enviar

Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

clic para cerrar