Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-12-14 17:15:36 / 10565

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

1 - BAUTISMO BIBLICO EN AGUA

El bautismo en agua, tal como está establecido en el Nuevo Testamento, es la manera como el creyente da testimonio público de su unión con Cristo.

Lo primero que hay que enseñar a un candidato para ser bautizado en agua es que el bautismo es mucho más trascendente que un rito o una ceremonia religiosa. En el Nuevo Testamento nunca aparece mencionado como un acto independiente o separado de la obra expiadora de nuestro Salvador. Pues su significado incluye la obra redentora y total de nuestro Señor Jesucristo, tal como lo expresa Hechos 2:38-41: “Pedro les dijo: Arrepentios,  bautícese cada uno de vosotros en el nombre Jesucristo para perdón de sus pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y  con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas”.

La promesa del nuevo Pacto, llega a ser una realidad por medio del bautismo en agua. Allí, al ser sumergida bajo las aguas, queda sepultada y muerta  nuestra “vieja creación”, la que teníamos en la naturaleza caída de Adán, y al levantarnos de las aguas, simbolizamos la resurrección y la identificación con la “nueva vida” en Cristo. Tal como lo expresa 2 Corintios 5:17. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Verifiquemos pues, cuál es el significado bíblico de “bautizar”. Literalmente bautizar significa ser sumergido en agua y emerger de ella. Las palabras bautizar y bautismo fueron traducidas del griego BAPTISMA , cuyo significado involucra “el proceso de: Inmersión, Sumergir  y emerger” (deriva de la raíz griega BAPTO : mojar, empapar).

El aconsejado debe saber que el bautismo en agua no es opcional, porque es el mandato de Dios para todos los creyentes. Jesús lo mandó en Marcos 16:16 diciendo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”. Este pasaje no dice que debemos ser bautizados para ser salvos, pero hace un énfasis en la trascendencia del bautismo en agua para confirmar públicamente el cambio ocurrido en nuestras vidas. Pues, en la inmersión, estamos dando testimonio de que nos desligamos para siempre de nuestra vieja vida carnal y anímica. Y al emerger de las aguas, estamos manifestando nuestra consagración  a vivir para Cristo. Lo que ocurre en el momento de la salvación, al aceptar al Señor Jesucristo como el nuevo dueño de nuestro ser, es que somos literalmente incluidos en la muerte, sepultura y resurrección  del Señor. Por ello el cristianismo solo será una experiencia verdadera, cuando evidenciamos el “nuevo nacimiento” en Cristo Jesús, en nuestra manera de vivir.

Jesús mismo fue bautizado por inmersión en las aguas del río Jordán, tal como lo describe Mateo 3: 13-17. “Entonces Jesús vino de Galilea a Juan al Jordán, para ser bautizado por él. Mas Juan se le oponía, diciendo: Yo necesito ser  bautizado  por   ti, ¿Y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: Deja ahora, porque así conviene que cumplamos  toda justicia. Entonces le dejó. Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del  agua; y he aquí los cielos fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios  que descendía como paloma, y venía sobre él. Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”.

Dado que el bautismo en agua es un mandamiento de Dios, si decimos que amamos verdaderamente a Cristo, entonces debemos ser obedientes a sus mandatos. Jesús nos dice en Juan 14: 15: “Si me amáis, guardad mis mandamientos”.

Veamos los requisitos bíblicos para ser bautizados:

  1. Prestar toda la atención para ser obedientes a la palabra de Dios, dejando de ser oidores, y transformarnos en hacedores de la voluntad de Dios. Tal como obedecieron los primeros creyentes después de escuchar la predicación de Pedro en Hechos 2:41 que dice: “Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas”.
  2. Tener convicción de pecado, tal como lo registra Mateo 3:6: “Y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados”.
  3. Mostrar arrepentimiento por la condición y los hechos de la vieja vida. Hechos 2:38 dice: “Pedro les dijo: arrepentios y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.
  4. Expresar la fe en Jesucristo en el vivir cotidiano. Marcos 16:16 dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado”.
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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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