Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-01 12:04:19 / 9250

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

1 - DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS

Como consejeros debemos conocer las características de las manifestaciones del Espíritu Santo diferenciándolas de las manifestaciones de los espíritus malignos y de esa parte de la naturaleza del hombre que es nuestro propio espíritu humano. Las escrituras buscan que podamos discernir entre la verdad de Dios y el engaño del diablo. Somos templos del Espíritu Santo, por lo tanto estamos ahora preparados para combatir las fuerzas del infierno que ya no pueden prevalecer contra nosotros, aunque el enemigo no cesa de atacarnos para debilitar y socavar nuestra fe en Cristo, que es ahora poderosa fortaleza del Señor en nuestras vidas. A medida que nos hacemos más conscientes de este conflicto entre las fuerzas de oscuridad y de la luz, especialmente después de haber sido bautizados en el Espíritu Santo, es sumamente necesario tener la capacidad de discernir cuál de las “voces” que llegan a nuestra mente, saber quién es realmente el que se está comunicando con nosotros. Porque puede ser el Espíritu Santo que es la voz de Dios; o bien el diablo o uno de sus demonios tratando de imitar la voz de Dios. O tal vez, nuestro propio espíritu, comunicándose a través de los deseos de la misma carne.

Todas estas voces nos hablan a nuestras mentes, y hasta que no aprendamos a discernir el carácter distintivo de cada una de ellas, puede haber confusión acerca de quién es el que estamos escuchando en realidad. Para ello debemos dejar de lado nuestras apreciaciones humanas, sobre la suposición de las “voces” que podemos estar escuchando. Porque el diablo, es un gran engañador, e imitador de la “voz” de Dios, no nos olvidemos que a menudo se presenta como ángel de luz, para tratar de engañar a los creyentes. Si él logra mantenernos engañados, estaremos tan ocupados en el engaño que no podremos descubrir sus mentiras. Y también, dice la Biblia, que nuestro espíritu o corazón humano es engañoso (Jeremías 17:9), por lo tanto puede traer ideas embaucadoras a nuestra mente como si fueran de Dios. Muchas veces creemos que tenemos discernimiento espiritual, cuando en realidad lo que tenemos es una presunción. La presunción o suposición se basa en lo que hemos aprendido sobre una persona o situación, ya sea por nuestro propio conocimiento, por el conocimiento que nos llega a través de la experiencia de otros, y también por el engañador que nos susurra presunciones mentirosas.

Lamentablemente hay muchos cristianos que hablan según el “don de la suposición” o “de la presunción” y se causan muchos problemas así mismo o a otros creyentes de la iglesia del Señor. Muchos dicen “Dios me habló...Dios me dijo....”, o “El Espíritu Santo me revela esto o aquello...”, o “El Señor me lo reveló...”; pero lo que sale de esas bocas muchas veces no proviene de Dios. Para prevenirnos de estos espíritus de engaño, el Señor nos dio el discernimiento de espíritus. Por ello no solamente debemos analizar los pensamientos e impulsos que llegan a nuestras mentes sino las palabras que podemos recibir de algún supuesto profeta, que pretende profetizar como si fuese una profecía recibida de parte de Dios. Dice Jeremías 23:25,26: “Yo he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y que profetizan el engaño de su corazón?”. Por esto dice Pablo que toda profecía se debe juzgar: “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen” (1 Corintios 14:29).

Como consejeros debemos discernir el espíritu de quien nos está consultando, o qué tipo de espíritu pueda estar oprimiendo a aquel que nos toca aconsejar o ministrar.

Necesitamos aprender acerca de las artimañas del diablo, específicamente lo que nos dicen las Escrituras, a fin de estar alerta contra sus asechanzas y trampas, no nos olvidemos que él está dispuesto a hacer cualquier cosa para reconquistarnos. La ignorancia sobre el enemigo de Dios y de nuestras almas, es la razón de que muchos cristianos estén afligidos y sufriendo diversos problemas. Dice el Señor en Oseas 4:6: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento”.

Demos una mirada a las Escrituras y examinemos con atención lo que dice acerca de las capacidades de los demonios: Los demonios tienen conocimiento sobrenatural y tienen el poder de hablar a través de la persona en la cual habitan: “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:23-24).

Los demonios pueden expresar sus deseos: “Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos” (Mateo 8:31).

Los demonios sienten miedo: “y le rogaban que no los mandase ir al abismo” (Lucas 8:31).

Los demonios tienen necesidad de descansar: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo haya” (Mateo 12:43).

Los demonios tienen voluntad propia y pueden tomar decisiones. “Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus, peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación” (Mateo 12:44-45).

Los demonios pueden ser feroces y violentos: “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino” (Mateo 8:28).

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7 Parte 8 Parte 9 Parte 10 Parte 11

Copie y pegue en su muro de Facebook el siguiente enlace:

https://www.miiglesia.com/site/show-post.php/capitulo-9-liberacion-espiritual
Editar

Comentar

Enviar

Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

clic para cerrar