Publicado en Artículos / Sermones / — Carlos / 2013-12-25 15:32:53 / 9362

Os Doy Potestad Sobre Toda Fuerza

Debemos declarar la palabra de Dios, hablar las promesas que Dios nos dio, confesar con fe la palabra de Dios.

Hay una diferencia entre el poder que respalda una autoridad y el poder que significa fuerza. En Lucas 10:19 la palabra potestad fue traducida del griego EXOUSIA, y significa: “el derecho de actuar sin ninguna restricción”. En este versículo “os doy potestad”, está referido a la autoridad delegada por Dios a los creyentes. Y la palabra fuerza se tradujo del griego DUNAMIS, que significa: “la capacidad para obrar y llevar algo a cabo”. Es una fuerza que tiene poder de acción. Entonces, lo que Jesús quiere que comprendamos cuando nos dice: “He aquí, os doy potestad…sobre toda fuerza”, es que como cristianos hemos recibido máxima autoridad sobre toda fuerza que quiera tratar de vencernos, especialmente contra el mismo diablo.

La autoridad es siempre superior a la fuerza física. Por ejemplo, en una empresa de transportes de cargas: hay un jefe muy delgado y de aspecto debilucho, que le ordena a un empleado grandote y fortachón que cargue una caja de 30 kilos sobre un camión. Lo que ocurre es que el jefe tiene la autoridad, pero el empleado tiene la fuerza física. La evidencia en este ejemplo, es que la autoridad es superior a la fuerza física. Jesús nos dijo a todos los creyentes: “Yo les doy autoridad”, El no dijo: “Yo les doy fuerza física o sobrenatural”. Por lo tanto, aunque usted o yo, nos sintamos inferiores en fuerzas a las situaciones que nos toque enfrentar, como cristianos tenemos autoridad contra cualquier fuerza espiritual que nos pueda amenazar.

Creo que usted estará en un todo de acuerdo a esta evidencia bíblica. Verdad? Si es así, entonces: Cuál será la razón, de que algunos cristianos estén experimentando derrota en sus vidas? De acuerdo a las Escrituras, la razón es porque no están usando la autoridad de Dios, para vencer los pensamientos negativos y malignos que los preocupan. Cuando alguna circunstancia de adversidad nos desalienta, y decae nuestro ánimo, y comenzamos a aceptar la derrota, ese es el momento de declarar que tenemos autoridad sobre el desaliento. Y en el nombre de Jesús, debemos echar esos pensamientos de nuestra mente. Y sabe lo que ocurrirá? Que la mente quedará limpia y el Espíritu Santo estará fortaleciendo los corazones y seremos inundados por la paz de Dios.

Parece muchas veces inexplicable, el que un creyente después de haber recibido la salvación y liberación de Jesucristo, pueda ser atraído nuevamente por cosas pecaminosas que lo llevan al pecado. La explicación es porque no usan la autoridad de Dios para vencer las tentaciones, no atan las manifestaciones de los demonios en la autoridad que nos confiere el uso del nombre de Jesucristo, y entonces lo que sucederá es que habrá derrota en lugar de victoria.

Todos vivimos en un mundo de aflicción, y estamos rodeados de colapsos, controversias e inquietudes de todo tipo. Pero la Biblia dice que Jesús nos dio autoridad para poder vencerlos. Usted y yo, amigo o amiga creyente; tenemos potestad para atar todas las maquinaciones del diablo, y la máxima autoridad para echar todo espíritu demoniaco, y también para desalojar de nuestros hogares cualquier atmósfera negativa en el nombre de Jesucristo. Usted no es un cristiano indefenso, o una cristiana indefensa, usted tiene TODA POTESTAD!

Puede ocurrir que un día llegue a su hogar, y se encuentra con una atmósfera de lucha, los hijos están peleando, el cónyuge está de mal humor, algo rompió la armonía de la casa, está todo mal. Si usted acepta ese espíritu, pronto estará metido en la pelea. Pero si usted ora y declara: “En el nombre de Jesucristo yo reprendo este poder de las tinieblas. Ahora Señor, ven con tu Espíritu Santo y sóplanos, líbranos de estos sentimientos antagónicos, Amén”. Entonces, lo que ocurrirá, es que en lugar de contestar la agresión de su cónyuge con otra agresión mayor, cuando mire a su cónyuge malhumorado, sentirá amor en su corazón, Habrá una sonrisa y logrará que se restablezca la paz en su hogar. La palabra de Dios le da derecho a hacerlo, porque usted tiene potestad sobre todo espíritu en el nombre de Jesús.

A veces ocurre, que un creyente llega desalentado a la iglesia, y después que oramos y echamos ese espíritu de desánimo, el creyente recibe liberación, y sale de la iglesia inundado por un espíritu de aliento y de gozo. Es que en la iglesia ejercemos la autoridad que Jesús nos dio para echar todo espíritu maligno. Dice Joel 3:9,10: “Proclamad esto en las naciones,… diga el débil: Fuerte soy”. No diga nunca más: “me siento débil, no tengo fuerzas”, en cambio diga: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. (Filipenses 4:13). El Señor quiere que usted viva en victoria siempre, por eso el Señor envió su poder sobre nosotros. Si usted está desalentado o desalentada, vaya a la fuente de poder. Jesús dijo: “Y recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros, el Espíritu Santo.” ( Hechos 1:8). Aquí la palabra poder , tiene un significado mayor, es la capacidad que Dios nos otorga para llevar a cabo cualquier cosa, es poder sobrenatural, para que hagamos lo que nos declaró Jesús: “En mi nombre (en Su autoridad) echarán fuera demonios;… sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”. (Marcos 16:17,18).

Quiero recordarle que todo lo que usted diga influirá en su ambiente, por esto Dios quiere que declaremos Su Victoria en toda situación de nuestra vida. No debemos hablar más negativamente, siempre lo debemos hacer positivamente, porque: DIOS TODO LO PUEDE!. Pero, si usted dice; “estoy cansada, no tengo fuerzas”, todo su cuerpo seguirá débil y cansado. Si usted dice: “El país anda mal, los negocios andan mal, cada día estoy peor”. Sabe lo que le espera?: El fracaso. Por eso debe dejar de hablar negativamente, Dios nos dio un nuevo lenguaje, nos dio el nuevo idioma de la palabra de Dios. El nuevo lenguaje de la fe.

Hoy, usted y yo, debemos declarar la palabra de Dios, hablar las promesas que Dios nos dio, confesar con fe la palabra de Dios. El Señor dice que pongamos las manos sobre los enfermos, porque la misma vida de Dios que está en nosotros, fluirá a través nuestro hacia la vida del enfermo, y sanará. Hay poder de Dios sobre nuestras vidas, y hay TODA AUTORIDAD para que la usemos. Que diremos de ahora en más? Que, en Cristo, somos más que vencedores!

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