Publicado en Artículos/Estudios / Familia / — Carlos / 2014-02-25 22:30:11 / 3690

Diálogo, Un Puente Al Crecimiento de la Pareja

Es importante hacer un alto en el camino y evaluar hasta qué punto hemos permitido que la mala comunicación erosione la relación de pareja. Con ayuda de Dios, quien nos guía en todos los pasos que damos, podemos aplicar correctivos. Hoy es el día para empezar ese proceso de transformación.

Marco se decidió llamar a su esposa. Habían discutido en la mañana, a primera hora. Si mal no recordaba, porque no le dio dinero para comprarse un par de zapatos. “Los vi en la vitrina del centro comercial y son hermosos. Lucirían con mi vestido fucsia”, argumentó ella. Él insistió que aquél mes no tenían dinero. “Debemos ahorrar, para pagar la cuota del auto.”, explicó. A partir de entonces se rompió el diálogo. Diana no le dirigió palabra, salvo para quejarse cuando él se iba: “Ya no complaces mis gustos; no sé por qué me casé contigo”.

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Y ahora, mientras repicaba el teléfono, sentía que su corazón palpitaba con fuerza. “Aló…”, respondió ella. “Amor, quería que habláramos…”, tartamudeó Marco. “No, no quiero hablar contigo”, dijo Diana y colgó el auricular. No era la primera vez que se rompía todo canal de comunicación. La situación era desesperante.

¿Le ha ocurrido alguna vez? Si es así debe tener cuidado. Romper el diálogo es la antesala del distanciamiento que lleva al divorcio emocional y físico.

Diálogo, clave para el crecimiento de la pareja

Un matrimonio en el que el orgullo lleva a evitar toda evaluación de ideas, así sean diferentes en cada uno de los cónyuges, está camino al fracaso.

Un reconocido sicólogo conceptuó: “La comunicación es esencial en cualquier relación de pareja porque a través de ella podemos conocer y comprender y amar a las personas, ya que no se puede amar lo que no conocemos. Además es importante comunicarnos para que nuestra pareja sepa lo que nos gusta, lo que pensamos, lo que sentimos, lo que necesitamos o esperamos de la vida y con esto, nuestra pareja podrá tener un mayor conocimiento en general de nosotros y podrá entendernos y ayudarnos cuando así lo necesitemos.”

Ahora, esa comunicación puede ser a través de gestos, con la mirada, una sonrisa, el tono de la voz, los ademanes que acompañan las palabras y hasta los detalles.

La comunicación llega a ser efectiva entre los cónyuges cuando, a pesar de las diferencias de opinión, se establece un canal de diálogo conducente, no a agravar la situación, sino a procurar el entendimiento. Nos damos una chance para intercambiar ideas, sentimientos y opiniones, y profundizar en el conocimiento del otro.

Los estudios realizados alrededor del tema del divorcio apuntan a señalar la mala comunicación de la pareja como uno de los factores que agrava los conflictos.

La Biblia nos enseña sobre la comunicación

¿Qué podemos hacer? El libro de la familia que es la Biblia, ilustra el asunto con una pregunta: "¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3). Es una clara advertencia, hecha muchos siglos atrás, sobre la importancia de dialogar en pareja para llegar a acuerdos. Es evidente, entonces, que el diálogo en el matrimonio reviste singular importancia. Claro que surgirán desacuerdos. Es normal y previsible. No obstante, no podemos romper los canales de comunicación. Al respecto el apóstol Pablo escribió: “Si se enojan, no permitan que eso los haga pecar. El enojo no debe durarles todo el día.” (Efesios 4:26. Traducción en Lenguaje Sencillo)

Es probable que su relación de pareja se haya convertido en un tránsito doloroso porque progresivamente se están desmoronando las posibilidades comunicación. En primer lugar y antes que reñir, es a Dios a quien acudimos. Él nos ayuda a encontrar salidas para el laberinto. El segundo paso es disponer el corazón para el perdón. Y, en tercer lugar, tener la sabiduría necesaria—que proviene de Dios—para esperar el momento oportuno para hablar con nuestro cónyuge. No rompa, por orgullo o molestia, los canales de diálogo.

Si aún no ha recibido a Jesucristo hoy es el día para que tome la decisión de abrir su corazón para que Él tome control de su vida. Le aseguro que todo será distinto y usted experimentará crecimiento personal y espiritual.

No permita una mala comunicación

Es cierto que una buena comunicación tiene reglas, que tienen como dos grandes ejes: saber escuchar y no responder hasta no tener una comprensión clara de lo que quiso decir mi cónyuge. También el saber esperar en Dios hasta que llegue el momento oportuno para hablar.

No obstante lo anterior, lo más importante es la disposición que tenemos usted y yo para una buena comunicación. Insistimos: Disponga su corazón—con ayuda de Dios—para llegar a acuerdos.

Aquí cabe recordar lo que enseña el autor y conferencista en temas de familia: “La mayoría de las encuestas sobre problemas matrimoniales, cataloga la comunicación como uno de los principales contendientes para el título de “problema más común”. A menudo las parejas reportan aspectos como: “No podemos hablar de nada importante sin pelear”, “Siempre que trato de decirle cómo me siento, mi cónyuge muestre desinterés y a veces crítica”, “Mi esposa es demasiado sensible. Siempre está llorando, gritando o quejándose de algo. Sencillamente la evito; es más fácil”. Muchos esfuerzos de comunicación dejan de resolver problemas, y por el contrario, generan nuevas fricciones.” (Larry Crabb. “El edificador matrimonial”. Centros de Literatura Cristiana. Colombia. 2006. Pg. 83)

Es importante hacer un alto en el camino y evaluar hasta qué punto hemos permitido que la mala comunicación erosione la relación de pareja. Con ayuda de Dios, quien nos guía en todos los pasos que damos, podemos aplicar correctivos. Hoy es el día para empezar ese proceso de transformación.

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Presentado por mensajerodelapalabra.com

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