Hablando la Palabra de Fe a la Adversidad
(2: Continuación)
Estimado o estimada creyente, Dios nos ha dado a cada uno, una medida de fe para que la usemos como una llave para conquistar todo aquello que en lo natural es imposible de alcanzar. Pero, la única llave que abre la puerta hacia la fe que funciona, es por medio del contacto que tengamos con la palabra de Dios. Quiero preguntarle algo: Cuando usted toma contacto con la Biblia? Una vez por día? Día por medio? Una vez a la semana? Cuando va a la iglesia? La única forma en que usted logre alcanzar la fe del centurión, es leyendo la Biblia como si fuera su diario alimento. No solo leerla, sino meditar y reflexionar en lo que lee, la Biblia en realidad es un libro de estudio de la Vida, no de información o de formación religiosa. Porque la palabra de Dios es la que motiva para que obremos en la fe del Señor Jesucristo.
Veamos otro ejemplo de la fe de un siervo de Dios, hablada hacia la circunstancia. Dice Josué 10:12,13: “Entonces Josué habló a Jehová el día que Jehová entregó al amorreo delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: Sol detente en Gabaón; Y tú, luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos”. Es bueno preguntarnos: Qué fue lo que le dio tanta fe a Josué para animarse a hacer tal inusitada oración? La respuesta la encontramos en la palabra que Dios le había dado a Josué cuando le dijo: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés estaré contigo; no te dejaré , ni te desampararé” (Josué 1:5). Esta Palabra ardía en el corazón de Josué, por eso reclamó tal milagro para ganar la batalla. Su voz llegó a los cielos; y el poder de Dios alteró el curso normal del planeta. Este fue el día más largo de la historia humana. Debemos dejar impregnar todo nuestro ser con la palabra de Dios. Dios le dijo a Josué: “Nunca se apartará se tu boca este libro, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que está escrito;…y todo te saldrá bien” (Josué 1:8). Entonces cuando la palabra está afirmada en nuestro corazón, lo que digamos creyendo nos será hecho. Cuando hablamos la palabra de Dios en fe, lo sobrenatural se manifestará en lo natural, y el milagro será consumado. De la misma forma en que Jesús le habló al centurión y le dijo: “Ve, y como creíste, te sea hecho”, y a la misma hora el criado fue sanado; Dios quiere manifestar el milagro que necesitamos en nuestra vida hoy.
Estimado hijo o hija de Dios, si por alguna razón se considera estancado o estancada en la vida, o piensa que ya no tiene posibilidades de salir adelante, tal vez se siente fracasado o fracasada, o está en bancarrota, o la enfermedad que le diagnosticaron es irreversible; aun así, Dios quiere que use la mediada de fe que ha volcado en su corazón, y que le hable a la adversidad que le está oprimiendo, para que la situación de fracaso se convierta en una auténtica victoria. Dios quiere que tome la promesa en que Dios declara que usted ha sido llamado o llamada para ser más que vencedor sobre cualquier tipo de adversidad, y que profetice, y crea (no dudando nada), y entonces… el milagro ocurrirá. Recuerde una vez más: para Dios, no hay nada imposible!
