¡Nunca Dejes de Soñar!
(2: Continuación)
Los soñadores no se desaniman
Cuando alguien tiene sueños, surgidos en el plan de Dios, no debe extrañarse por las críticas, las burlas, la intolerancia, las calumnias y cuantos problemas surjan a nuestro paso.
No debemos olvidar que:
- No todos entienden o comparten nuestros sueños.
- Cuando Dios nos siembra un sueño en el corazón, se convierte en una obsesión.
- Dios abrirá las puertas para que los sueños se cumplan.
- Cuando se materializan los sueños, impactan las vidas de quienes se encuentran alrededor.
La adversidad no debe ni tiene que desanimarnos. Dios está con nosotros. El pelea nuestras batallas. ¡Los sueños se harán realidad!
Los soñadores confían en Dios
Algo esencial en la vida de Jabes, un soñador de tiempo completo. El clamaba y confiaba en el Supremo Hacedor. “E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio , y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe...” (versículo 10).
En esta oración se destacan cuatro peticiones específicas:
- Pidió bendición de Dios... que El prosperara su camino.
- Pidió crecimiento... Que Dios ensanchara e hiciera grandes sus sueños y proyectos.
- Pidió acompañamiento... que Dios estuviera siempre a su lado.
- Pidió protección... porque sabía que a veces surgen dificultades tremendas...
Y podemos apreciar que este visionario, en el plan de Dios, fue un triunfador. La Palabra dice: “Y le otorgó Dios lo que pidió” (Versículo 10b.)
¿Siente que Dios lo está llamando a un ministerio específico? No se detenga y clame a Dios por la materialización de ese anhelo...
Tal vez es un sueño secular, quizá emprender un proyecto de beneficio social o un negocio. Jamás olvide que si involucramos a Dios en nuestros planes, El responde.
Ah, y no olvide ¡No deje de soñar!
