Publicado en Artículos/Estudios / Vida Cristiana / — Carlos / 2014-08-10 21:08:41 / 12149

La Navidad: Los Verdaderos Orígenes de Una Festividad Popular

Jesucristo dice que aquellos que adoran a Dios deben adorarlo “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). ¿Están sus creencias y su forma de adorar a Dios fundamentadas en la verdad bíblica o en fábulas antiguas?

(2: Continuación)

Los antiguos orígenes de la Navidad

En una enciclopedia ilustrada sobre mitología y religión, llamada Man, Myth & Magic (“El hombre, los mitos y la magia”), descubrimos un verdadero tesoro de material investigativo respecto al origen y a la historia de la Navidad.

“La Navidad debe su origen a dos antiguos festivales paganos, la gran fiesta escandinava del leño sagrado y las saturnales romanas. [La temporada] desde el Advenimiento, que empieza el 30 de noviembre o el domingo más próximo a esta fecha, hasta la Misa de las Velas, el 2 de febrero, estaba lo bastante cerca del solsticio de invierno como para que adquiriera muchas de las características de la ceremonia nórdica: el leño sagrado, las decoraciones siempre verdes de las casas e iglesias, y aun la fiesta misma de Navidad. Todos estos elementos se combinaron con las saturnales de los romanos para formar las bases del festival cristiano primitivo.

”Durante las saturnales, los ricos hacían regalos a los pobres en honor a la edad dorada de la libertad cuando Saturno gobernaba el mundo conocido, y a los esclavos se les permitía intercambiar papeles y vestuario con sus señores. Llegaban incluso a elegir su propio rey falso, quien reinaba como un déspota durante el festival. Las saturnales incluían las más desenfrenadas orgías y era un festival digno del mismo dios Pan.

”Naturalmente, este festival fue fuertemente censurado por la Iglesia primitiva, y a pesar de que Cristo y los santos sustituyeron gradualmente a las deidades paganas, por mucho tiempo era considerado como absolutamente incompatible con el ideal cristiano. Sin embargo, el festival ya estaba demasiado arraigado en el gusto popular como para abolirlo, y la Iglesia [Católica] finalmente le concedió el reconocimiento necesario, convencida que si la Navidad no podía ser suprimida, debía ser preservada en honor del Dios cristiano” (1995, 3:418).

¿Alcanza usted a captar lo que acaba de leer? Ya vimos anteriormente que la fecha del 25 de diciembre para la Navidad se originó en ciertos festivales no cristianos de la antigüedad. Aquí vemos que continuaron las mismas celebraciones paganas antiguas en honor de otros dioses, y la Iglesia Católica simplemente rebautizó las festividades y costumbres y ¡las declaró cristianas!

Prohibida por su carácter pagano

La enciclopedia El hombre, los mitos y la magia revela mucho más sobre la extraña historia de la Navidad después de que la principal corriente del cristianismo adoptara las antiguas celebraciones paganas:

“Cuando a este festival se le confirió una base cristiana, se estableció por completo en Europa sin alterar muchos de sus elementos paganos. No fue hasta el siglo IV que el 25 de diciembre fue decretado oficialmente como el día del nacimiento de Jesucristo, y pasaron otros 500 años antes de que el término ‘fiesta de mediados de invierno’ fuera reemplazado por la palabra Navidad.

”Aun entonces, en el continente esta celebración continuó evidenciando muchos de los aspectos heredados de las saturnales. La Fiesta de los Necios, en particular, era una desenfrenada orgía que recordaba el pasado pagano. Cuando los normandos invadieron Inglaterra en el año 1066, introdujeron un maestro de ceremonias a la celebración navideña en ese país. Conocido como el Señor del Desorden, tenía un equivalente en Escocia llamado el Abad de la Insensatez.

”... Los descarados rasgos paganos que formaban parte de la Navidad habían provocado una crítica continua de los protestantes conservadores, pero tal festividad no se vio afectada por las creencias de éstos hasta que los puritanos subieron al poder en el siglo XVII. La Navidad fue atacada por ser ‘el festival de los antiguos paganos en honor a su dios Saturno’, y se prohibieron los villancicos. Finalmente, en 1644 el 25 de diciembre fue proclamado como un día de ayuno. La nueva ordenanza fue impuesta por el ejército, que invertía gran parte de su tiempo arrancando las ramas verdes que los alegres ‘paganos’ colgaban en sus puertas.

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5

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Jerold Aust Buenas Nuevas (Noviembre-Diciembre de 2005)

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