Publicado en Artículos/Estudios / Vida Cristiana / — Carlos / 2014-08-10 21:08:41 / 12122

La Navidad: Los Verdaderos Orígenes de Una Festividad Popular

Jesucristo dice que aquellos que adoran a Dios deben adorarlo “en espíritu y en verdad” (Juan 4:24). ¿Están sus creencias y su forma de adorar a Dios fundamentadas en la verdad bíblica o en fábulas antiguas?

(4: Continuación)

Festival pagano con nombre nuevo

¿Por qué la Iglesia Católica primitiva adoptó y cambió el nombre de esta antigua celebración pagana? El historiador Frazer lo explica así:

“¿Qué motivó a las autoridades eclesiásticas a instituir el festival de la Navidad? La razón detrás de esta innovación es expuesta con toda franqueza por un escritor sirio de religión cristiana. ‘La razón —nos dice— de que los padres hayan transferido la celebración del 6 de enero al 25 de diciembre es la siguiente: era costumbre de los paganos el celebrar en el mismo día 25 de diciembre el nacimiento del sol, para lo cual encendían luces como símbolo de la festividad.

”Los cristianos también participaban en estas solemnidades y festividades. Por consiguiente, cuando los doctores de la Iglesia [Católica] percibieron que los cristianos se sentían atraídos por este festival, se reunieron y resolvieron que la verdadera Natividad debía celebrarse en ese día, y la fiesta de la Epifanía el 6 de enero. Como resultado, junto con esta costumbre ha prevalecido la práctica de encender fuegos hasta el 6 [de enero]’.

”El origen pagano de la Navidad fue claramente sugerido, por no decir reconocido implícitamente, por San Agustín cuando exhortó a sus hermanos cristianos a no celebrar ese solemne día como los paganos que adoraban al sol, sino en honor de aquel que hizo el sol. De manera similar, [el papa] León el Grande censuró la peligrosa creencia de que la Navidad fuera venerada por el nacimiento del nuevo sol, como se le llamaba, y no por el nacimiento de Jesucristo.

”Así, tal pareciera que la Iglesia [Católica] Cristiana escogió celebrar el aniversario de su fundador el día 25 de diciembre, para poder transferir la devoción al sol de los paganos hacia aquel que era llamado el Sol de Justicia” (op. cit., pp. 358-359).

La verdad acerca de los orígenes de la Navidad es muy sencilla: a una de las celebraciones más populares de la antigüedad —una festividad que se originó en la adoración al sol y en el culto a los dioses paganos— se le dio un nuevo nombre. Con el tiempo, llegó a convertirse en la celebración cristiana más popular.

¿Qué diría Jesús?

Si Jesucristo regresara ahora, ¿podría identificarse con la religión que profesa seguirlo a él?

Conviene meditar en esto: Si usted hubiera vivido en la Tierra Santa en tiempos de Jesús y hubiera celebrado la Navidad, habría estado muy solo, porque ningún verdadero seguidor de Dios celebró la Navidad durante la vida de Jesús. Más aún, si hubiera visto a Jesús o los apóstoles caminando por las angostas callejuelas de la antigua Jerusalén o por los polvorientos caminos de Judea y los hubiese invitado a celebrar la Navidad con usted, ¿qué cree que hubieran dicho?

La Biblia afirma que Jesucristo es el mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8), y que toda la Escritura es inspirada por Dios (2 Timoteo 3:16). Así, estos versículos deben recordarnos lo que dice la Palabra de Dios en cuanto a incorporar costumbres paganas en nuestra adoración a Dios:

“... Cuídate de no seguir su ejemplo y caer en la trampa de inquirir acerca de sus dioses. No preguntes: ‘¿Cómo adoraban estas naciones a sus dioses, para que yo pueda hacer lo mismo?’ No adorarás de esa manera al SEÑOR tu Dios, porque al SEÑOR le resulta abominable todo lo que ellos hacen para honrar a sus dioses... Cuídate de poner en práctica todo lo que te ordeno, sin añadir ni quitar nada” (Deuteronomio 12:30-32, NVI).

Jesús podría repetirle a usted lo que les dijo a los fariseos, que consideraban que sus tradiciones y costumbres eran más importantes que la obediencia a la Palabra de Dios: “Este pueblo de labios me honra; más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres” (Mateo 15:8-9). La Navidad, que no se menciona en ninguna parte de la Biblia, es un “mandamiento de hombres”.

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Jerold Aust Buenas Nuevas (Noviembre-Diciembre de 2005)

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