¿Por Qué Muchos Cristianos No Se Congregan?
(7: Continuación)
2. No se deje llevar por la estructura del edificio de la iglesia
A veces pensamos que si el lugar o edificio es bello, adornado, atractivo a los ojos, la presencia de Dios se encontrará allí. Los palacios del dictador Sadam Hussein en Irak eran majestuosos y lujosos pero allí para nada estaba el Señor. Con esto no estamos exaltando la miseria o la pobreza, sino entender que la arquitectura del lugar por sí misma no define si hay más o menos presencia del Señor.
3. No se deje llevar por la cantidad de gente que asiste a esa iglesia
Pareciera que entre los cristianos existe el concepto de “cuanto más grande mejor”, cuando en realidad en la Palabra tal concepto no se encuentra. Pareciera que donde vemos poca gente sentimos desconfianza. Si la cantidad de gente fuera la medida del éxito, entonces Jesús fue un fracasado, porque se quedó sólo colgado de una cruz rodeado de dos delincuentes. El diablo no les teme a las iglesias grandes, sino a las iglesias donde la gente vive en santidad.
4. Averigüe cuándo y cómo fue fundada la iglesia
Este punto muchos lo omiten y luego pagan caro las consecuencias. Existen iglesias que se han formado como resultado de peleas y divisiones. Gente que estaba en “otra” iglesia, se pelearon con el pastor principal, se fueron resentidos y abrieron un nuevo lugar. Si una iglesia fue fundada de esta manera, la aprobación y bendición de Dios no estarán allí, aunque haya gente. Recuerde que Dios nunca levanta una nueva iglesia con cimientos o fundamentos de peleas y divisiones. Dios funda nuevas iglesias de otra manera.
5. Averigüe si el pastor principal es un hombre bajo autoridad y vive en santidad
Según la Biblia toda persona en el Reino de Dios debe vivir bajo autoridad, ¡inclusive los pastores! Ellos necesitan rendirles cuentas a sus superiores en la denominación a la que pertenecen o a “padres” espirituales que ellos tengan para examinar su comportamiento y funcionamiento. Una iglesia con pastores independientes imparte sobre la gente un espíritu de independencia, rebelión y falta de sujeción. También el siervo de Dios, según la Biblia, debe tener una sola esposa para toda la vida (a menos que ella fallezca y ese pastor haya decidido casarse otra vez). Es triste decirlo, pero hoy se ha tornado bastante común en muchos lugares, que el pastor se haya divorciado y aún siga pastoreando y justificando “en el Señor” su divorcio…
6. Preste atención a las predicaciones, para saber si
Cristo es exaltado, si la Palabra de Dios es respetada y si se enfatiza siempre la búsqueda de la santidad.
Existen lugares donde se predica más del poder positivo (que por cierto no es el poder de la fe) que los principios de la Palabra de Dios. Se habla mucho o sólo de prosperidad material pero se minimiza lo espiritual, la búsqueda de Dios, el señorío de Cristo y la vida de santidad.
7. Preste atención si se enfatiza demasiado desde el púlpito el dar ofrendas y donaciones
Por cierto la Palabra de Dios enseña que debemos honrar básicamente a Dios con nuestros diezmos y diversas clases de ofrendas, que debemos ayudar a que las iglesias y ministerios se desarrollen, pero otra cosa es centralizar todo en el dinero. Una vez escuche a un pastor de mi ciudad que decía alegremente que se pasaba horas y horas contando el dinero que entraba en la iglesia. Yo me preguntaba por dentro: ¿Para esto Dios te ha llamado al ministerio? -; sé de algunos lugares donde se recogían hasta siete veces la ofrenda en cada servicio. No lo olvide: Una cosa es el equilibrio bíblico y otra diferente es el desorden humano.