Lección 2: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Por: María Alicia De Nanni

(2: Continuación)

Tema 1: JESUS EN EL PENTATEUCO

El Pentateuco está compuesto por los cinco primeros libros de la Biblia: Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio.

Podremos apreciar diversas alusiones a Cristo que revelan distintos aspectos de su vida, ministerio y muerte. Cada una de estas referencias aparece de modo implícito, ya sea a través de profecías, figuras, tipos, símbolos, contrastes, etc. La mayor parte de las mismas son corroboradas posteriormente por los escritores del Nuevo Testamento. Otras, son aplicadas a Jesús en virtud de la gran semejanza con cuanto representa su obra redentora.

a. En Génesis.

La primera cita que nos permite vislumbrar la existencia eterna de Jesús la encontramos en la expresión “...hagamos al hombre” (1:26). En la tercera persona del plural de la conjugación este verbo, se halla implícita la realidad de la segunda persona del Dios Trino: el Hijo.

En el capítulo 3, versículo 15, Dios el Padre sentenció anticipadamente a Satanás su derrota total que tendría lugar cuando Cristo, la simiente de la mujer, “le hiriera en la cabeza” al morir en la cruz.

Figuras literarias de Cristo.

Adán se constituyó en figura de Cristo. Romanos 5:14. La asociación entre ambos se efectuó, no en base a similitudes, sino precisamente en base a conceptos totalmente opuestos entre sí. Al primer hombre se le designó “el primer Adán” a través de quien la muerte venció a los hombres. De Cristo se dijo “el postrer Adán, espíritu vivificante”, 1 Corintios 15:45, pues “en Cristo todos serán vivificados”. 1 Corintios 15:22.

Un sacerdote, llamado Melquisedec (Génesis 14:17-20), que significa “Rey de Justicia”, “Rey de paz” (Hebreos 7:2), fue “hecho semejante al Hijo de Dios”. Esta semejanza fue establecida en virtud del hecho de que aquél no tuvo “principio de días, ni fin de vida...” (Hebreos 7:3). Además, así como Cristo, Melquisedec no fue “constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia” (Hebreos 7:16).

b. En Éxodo.

En este libro Moisés recibió de parte de Dios la revelación en cuanto al diseño que debía respetar para la construcción del tabernáculo de reunión, lugar en el que se manifestara la presencia del único y verdadero Dios.

Al trasponer la puerta de acceso al mencionado templo, con carácter transitorio, estaba ubicado el altar de los holocaustos. En él los sacerdotes ofrecían un animal debidamente seleccionado con el propósito de propiciar sus propias culpas y también de todo el pueblo. Una vez sacrificada la víctima, la sangre de ésta era recogida en recipientes para ser rociada posteriormente encima de la cubierta del arca del pacto o propiciatorio. De este modo indicaban que Dios quitaba de en medio los pecados, los que eran expiados por fe en el futuro sacrificio de Cristo.

Nuestro propósito aquí es dirigir su atención hacia el elemento que actuaba como emblema del único medio que puede reconciliarnos con Dios: la sangre de Jesucristo. A su debido tiempo fue demostrada la verdadera eficacia de la sangre del Cordero perfecto cuyo sacrificio fue inmolado una sola vez, siendo sus efectos aplicables a perpetuidad. Compare la ineficacia de la sangre derramada en el Antiguo Pacto (Éxodo 24:6-8), con la sangre perfecta ofrecida en el Nuevo Pacto (Mateo 26:28).

Figuras de Cristo.

Cordero Pascual: Cuando por fin los israelitas obtuvieron la libertad de Egipto, Dios pactó con ellos. Él les advirtió de la destrucción que sobrevendría sobre los hogares egipcios, siendo el objetivo principal los hijos varones mayores de cada familia. La cláusula del trato que Dios estableció establecía: que los marcos de las puertas de acceso a las viviendas que no estuviesen cinceladas con la sangre de un cordero pascual ofrecido en sacrificio por el pecado, invitarían al ángel de Jehová empuñando una espada mortal a pasar a cobrarse sus víctimas. Los jefes de familia del pueblo hebreo observaron al pie de la letra la demanda de su Dios. Entonces el ángel que ofició como verdugo de los rebeldes a la voz de Dios, pasó por alto los hogares cuyos dinteles destellaban tintes bermejos (Éxodo 12:1-28).

En 1 Corintios 5:7 encontramos realizada la figura del Cordero de la primera pascua durante el período veterotestamentario. La condenación y la muerte eterna no lograron cumplir su propósito destructor en quienes estamos lavados y sellados con la sangre del Cordero.

Total combustión: Diariamente eran quemados animales en presencia de Jehová, de cuya combustión subía el humo que llegaba (hablando figuradamente) hasta el Trono de la Gracia. La misma era recibida por Dios mismo como indicación de que la ofrenda presentada había sido quemada en su totalidad.

En el Nuevo Testamento, se dice de Cristo en Efesios 5:2, que se constituyó en ofrenda y sacrificio, emanando olor grato que sube continuamente hasta la presencia de Dios.

Maná: En 16:4 se describe el alimento que Dios proveyó a los israelitas en el desierto como sustituto del pan. Nos referimos al maná que descendía diariamente del cielo a fin de saciar el hambre natural de su pueblo. El hecho de que cada día necesitaron una nueva provisión, nos dice claramente que el alimento tenía características temporales, perecederas. Incapaz por lo tanto de suplir perpetuamente la necesidad de aquella gente. Sin embargo leemos en Juan 6:35 que Jesús es el único Pan de Vida venido del cielo, que tiene la prerrogativa de saciar el hambre espiritual de todos los seres humanos de todas las épocas, sin exclusión.

Agua de la roca: En 1 Corintios 10:4 Pablo se refiere a este relato de Éxodo, asociándolo con Cristo. Él es la roca espiritual de la que fluye el agua que calma nuestra sed interior.

c. En Levítico.

Si usted realiza una lectura rápida de este libro notará que en el mismo están contenidas las prescripciones concernientes a los sacrificios y ofrendas por el pecado.

El día de la expiación destinado para realizar la propiciación por los pecados, tanto de los sacerdotes como del pueblo, el sumo sacerdote trasponía el velo, la barrera que interceptada el acceso al Lugar Santísimo. En aquel recinto del santuario, el emisario divino representaba ante Dios a cada uno de sus compatriotas y respondía por sus propias culpas (Levítico 10:6).
En el Nuevo Santuario celestial, Cristo hace las veces de aquel sumo sacerdote, transponiendo el pecado, el obstáculo que interceptaba la comunión del hombre con su Creador (Hebreos 6:19, 20).

Del mismo modo que el becerro y el macho cabrío eran llevados fuera del campamento para ser ofrendados por los pecados, así también Cristo padeció y murió por los nuestros en el monte Calvario, más allá de los límites marcados por las murallas de la ciudad de Jerusalén (Hebreos 13:4, 11).

d. En Números.

Los huesos del cordero pascual inmolado por los israelitas del Antiguo Pacto, no fueron quebrados (Números 9:12). Tampoco los huesos del Cordero de Dios al morir en la cruz del Calvario (Juan 19:36).

Un símbolo de Cristo: La serpiente de bronce. Para comprender mejor el significado de este símbolo le aconsejamos que lea detenidamente el pasaje bíblico en Números 21:4-9. En el versículo 9, segunda parte, leemos: “...y cuando alguna serpiente mordía a alguno miraba a la serpiente de bronce, y vivía”.
De acuerdo con el texto de referencia, Moisés modeló el metal hasta darle forma de reptil con el propósito de representar la causa de la mortandad que recayó sobre el pueblo de Israel. El fin perseguido por Dios fue que la representación material actuase como contraveneno de las picaduras en los cuerpos de aquel pueblo desobediente.
Llevando esta realidad a la esfera espiritual, podemos afirmar, que Cristo fue suspendido en alto sobre un madero a efectos de que todo aquel que eleve su mirada y contemple en él el juicio de Dios sobre el pecado de toda la humanidad, encuentre el antídoto contra el veneno mortal (Juan 3:14). En Isaías 45:22 dice: “mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra...”, esta frase fue revelada a Isaías proféticamente. Cristo se convirtió en la sustancia misma del pecado a fin de anular el efecto del veneno que recayó sobre nosotros en el momento en que Satanás introdujo el pecado en la raza humana (2 Corintios 5:21).
¡Oh, Dios! concédenos la fe necesaria para poder levantar nuestros ojos espirituales y contemplar a tu Hijo suspendido en aquella cruz. Danos la gracia Señor, de aplicar a nuestras vidas el remedio eficaz. Permítenos verlo como único antídoto capaz de anular la causa tanto de nuestra muerte física como también de la separación que existía entre tú y nosotros, o sea la muerte espiritual. Gracias nuestro buen Dios, por tu gran provisión.

e. En Deuteronomio.

Su valor para nosotros es que nos enseña a prepararnos para la lucha contra los enemigos que tengamos por delante, presentando los mandamientos de una forma práctica para la nueva vida (Canaán para los israelitas).
Fue el libro más citado por Jesús en su ministerio, especialmente contra Satanás (Mt. 4:1-11 comp. con Dt. 6:13, 16; 8:3; 10:20).
Cristo mismo es anunciado aquí como el verdadero Profeta cuyo mensaje instauraría un nuevo orden espiritual mediante el Pacto de gracia por la fe (Dt. 18:15; Hch. 3:22).

PREGUNTAS Y EJERCICIOS

2.1 - Responda

1. Resuma en tres palabras la expresión del libro de Génesis que arroja los primeros vislumbres sobre la existencia de Jesucristo.

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2. ¿Cómo se llamó el sacerdote que fue “hecho semejante al Hijo de Dios”?

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3. ¿Por qué el Cordero Pascual es figura de Cristo? Explíquelo con sus propias palabras.

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2.2 - Indique con una X la respuesta correcta.

¿Qué elemento provisto por Dios en el desierto, se constituyó en figura de Cristo?

.......... a. Las codornices.

.......... b. El agua.

.......... c. El maná.

.......... d. El decálogo.

2.3 - Compare Números 9:12 con Juan 19:36 y transcriba Salmo 34:20 y Éxodo 12:46.

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