Lección 3: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO
(2: Continuación)
Tema 1: JESUS, EN LOS EVANGELIOS
Los cuatro evangelistas gozaron del gran privilegio de estar cerca de Jesús y conocerle de modo más profundo que el público en general. Ellos le pudieron contemplar en momentos de soledad, de privacidad, cuando sentía el peso del cansancio físico y era necesario renovar las energías para continuar en actividad.
Estos discípulos comieron y bebieron con el Señor. Conocían sus costumbres, su escala de valores: lo primordial, hacer la voluntad de Dios. Conocían sus hábitos: orar al Padre en lugares apartados y escudriñar las Escrituras.
Descubrimiento público de su misión.
Juan el Bautista, su primo, guiado por la revelación del Espíritu Santo, proclamó delante de la multitud que le oía: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” (Juan 1:29).
Demostración pública de su sumisión a Dios.
Todos aquellos que se arrepentían de sus pecados luego de escuchar el mensaje de Juan, eran bautizados por él en las aguas del río Jordán. En ese acto indicaban por fe que dejaban atrás su vida pecaminosa para vivir una vida de acuerdo con los preceptos divinos.
Jesús, exento de pecado, demostró ser obediente en cuanto a cumplir las ordenanzas establecidas por Dios para todos los hombres, y acudió a Juan el Bautista para cumplir con este mandato (Mateo 3:13-17).
Confirmación divina de su procedencia.
Después que Jesús salió de las aguas del bautismo, se oyó una voz proveniente del cielo, que no era otra que la voz de Dios certificando la identidad de su Hijo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” (Mateo 3:17). La misma aseveración la encontramos en otra ocasión en la vida del Señor: lea en Mateo 17:5.
Su preexistencia.
Por medio de la pluma del apóstol Juan en el primer capítulo de su evangelio, versículos 1 al 3, por revelación e inspiración del Espíritu Santo eñala que Jesús existió siempre, desde la eternidad; que era con Dios y él mismo, era Dios.
Misión de Cristo en este mundo.
Dios avaló de muchas maneras la misión de su Hijo en este mundo. El Padre ratificó públicamente su origen y misión, revelando su deidad a quienes estaban muy cerca de él.
En estos pasajes vemos dos atributos divinos de Cristo:
1) Omnisciencia: Juan 1:47,48; 2:25.
2) Eternidad: Juan 1:1
Como hombre, Jesús estaba limitado por los márgenes que le imponía su cuerpo físico, es decir, no podía estar presente en más de un lugar a la misma vez. Por esta razón no podemos decir que cuando estuvo en el mundo usó del atributo divino de omnipresencia.
Tampoco podemos afirmar que empleó su omnipotencia, sino que dependió absolutamente del Padre en sujeción a su propósito.
Su ministerio.
Acerca de este asunto nos explayaremos con más amplitud en la próxima lección en la que trataremos acerca de cada etapa de la vida de Cristo. No obstante mencionaremos algo en cuanto a las apreciaciones que han efectuado los cuatro evangelistas de las evidencias del poder milagroso de Dios operando en Cristo, respaldando su ministerio.
Evidencias del poder divino de Cristo.
Poder sanador. En Mateo 4:24 dice que Jesús sanó a los enfermos y quitó los dolores; libertó a los atormentados espiritualmente, a los endemoniados, y sanó a lunáticos.
En otra oportunidad demostró su autoridad sobre la naturaleza acallando una impetuosa tempestad en el mar (Mateo 8:23-27).
Poder creativo. Con el propósito de cubrir una necesidad, efectuó la multiplicación milagrosa de alimentos (Mateo 14:13-21; 15:32-39).
Poder de resurrección. Por lo menos en tres oportunidades desplegó su poder sobre la misma muerte. Al respecto, lea estos pasajes: Marcos 5:40-42; Lucas 7:11-17; Juan 11:38-44.
Era tan grande su poder que aun a través de sus ropas emanaba virtud milagrosa (Mateo 14:36).
El secreto de su poder. Descúbralo leyendo en Lucas 4:18a. El mismo Señor reveló en qué residía la clave: “El Espíritu del Señor está sobre mí...” Jesús dependió implícitamente de la unción de Espíritu Santo y en esa fuerza se movía cada día y cada instante de su vida.
Esto nos enseña que él no disponía de diferentes recursos que nosotros. La fuente de su poder es la misma que fluye a raudales para cada uno de sus seguidores.
Satisfizo necesidades espirituales. Aplacó la sed del espíritu, Juan 4:1-42, en el caso de la mujer samaritana.
A través de los evangelios vemos que Cristo manifestó su poder para perdonar pecados (Mateo 9:2).
PREGUNTAS Y EJERCICIOS
3.1 - Lea los pasajes bíblicos y luego relacione la columna A de acuerdo con la Columna B
| Columna A | Columna B |
|---|---|
| .......... a. Poder sanador. | 1. Marcos 5:40-42; Lucas 7:11-17. |
| .......... b. Poder creativo. | 2. Mateo 15:32-39. |
| .......... c. Poder de multiplicación. | 3. Mateo 4:24. |
| .......... d. Poder de resurrección. | 4. Juan 2:1-11. |
3.2 - Responda
1. Mencione tres oportunidades en las que Cristo desplegó su poder sobre la muerte.
a ............................................................................................................................................................
b ............................................................................................................................................................
c ............................................................................................................................................................
2. Cite cuál es el secreto del poder de Jesús.
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