Publicado en Cursos / — Carlos / 2014-02-25 14:06:13 / 11706

Lección 6: LAS ETAPAS DE LA VIDA DE JESUS

(4: Continuación)

Tema 3: LA PREPARACION DE JESUS PREVIA A SU MINISTERIO

Si bien sabemos que Jesucristo era Dios mismo en forma de hombre y aunque tenía todos los atributos divinos a su disposición, entendimos también que él no consideró su deidad como “cosa a que aferrarse” Filipenses 2:6b.

Cuando ya había pasado la etapa de la adolescencia y luego la de su tierna juventud... Cuando ya era un joven maduro, con su personalidad cristalizada... Cuando su capacidad para determinar decisiones fundamentales en su vida estaba bien forjada..., Cristo estuvo plenamente seguro de cuál era la meta de su vida en este mundo, y la misión que tenía que cumplir.

Aunque él era consciente que dos naturalezas armonizaban en su ser, sometió la posición de ser Dios a su delimitación humana.

En la dependencia absoluta que gozaba del Padre eterno, Jesús se sometió absolutamente a su arbitrio soberano y sabio.

Bautismo de Jesús.

Jesús partió de la ciudad de Nazaret donde vivió siempre con sus padres, con el determinado propósito de cumplir con el primer paso de obediencia a las ordenanzas establecidas por Dios para los hombres. Al decidir cumplir con este acto, él se unía a todos aquellos que renunciaban a su vida en el pecado. Pero nunca cometió pecado; en ningún momento de su vida permitió que los impulsos de la débil naturaleza humana le sedujesen. Pero entonces, ¿por qué razón él consideró necesario dar este paso? Pero su identificación con el género humano fue completa.

A través de su ejemplo nos demostró que es necesario obedecer al Padre en todo. Cristo desnudó públicamente, en varias ocasiones, la hipocresía tan cínica de los fariseos y doctores de la ley.

Mediante su obediencia en público a la institución divina del bautismo, Jesús desenmascaró nuevamente el fraude de aquellos religiosos que aparentaban amar mucho a Dios y cumplir con sus mandatos. Lea lo siguiente: “Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan” Lucas 7:30.

El bautismo para Jesús significó el testimonio público de la aprobación a todas las disposiciones establecidas por Dios. De ese modo nos estimuló a acatar los preceptos divinos. Y aun más, este acto de entrega a la voluntad del Padre para los seres humanos, es suficiente motivación para inducirnos a reflexionar. Si Cristo, sometido a las mismas tentaciones que nosotros, estaba exento de pecado, ¿cómo no reconoceremos nosotros, nuestra anterior condición pecaminosa, testificando ante testigos que nos hemos arrepentido?

Dios honró, también en público, esta actitud obediente de Jesús enviando sobre él la divina unción del Espíritu Santo y testificando a viva voz desde el cielo: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia” Mateo 3:17.

Testimonio de Juan el Bautista.

Esta elocuente declaración del Padre fue suficiente prueba para Juan el Bautista de la deidad de Jesús y también motivó a quienes se acercaban arrepentidos, confesando sus pecados y buscando el perdón divino. Juan el Bautista predicaba este mensaje: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” Mateo 3:2.

El entendió claramente, y creyó en su corazón, que Jesús era el verdadero Ungido de Dios. No quedaron dudas en él de que su misión consistía en prepararle el camino presentándolo públicamente al pueblo.

Muchos de sus oyentes adquirieron conciencia de que Jesús era el Rey espiritual prometido, quien ya estaba en medio de ellos a fin de establecer su reino. Este se fundamentaría en “la justicia sin igual”.

El Espíritu Santo iluminó a este “mensajero” también acerca de la misión suprema de Jesucristo que significaba su cometido ulterior en este mundo. El lo proclamó así: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo” Juan 1:29.

Tentación de Jesús.

El mismo poder del Espíritu divino derramado sobre él le impulsó a ir a una región desértica, donde sólo moraban animales salvajes. ¿Qué propósitos tuvo Dios al conducir a su Hijo hasta ese lugar y permitir que Satanás irrumpiera allí para molestarle con sus proposiciones? Tenga a bien leer y meditar: Mateo 4:1-11; Marcos 1:12,13; Lucas 4:1-13.

Conforme al libro Hermenéutica Bíblica de nuestro programa, el diablo demostró en esta oportunidad su gran astucia engañosa en cuanto a la interpretación de la palabra de Dios.

El “enemigo” sabía con seguridad que Cristo era Dios encarnado, pero en su afán de hacerle caer en pecado, desobedeciendo al Padre, le asestó tres dardos malignos, utilizando textuales expresiones de las Escrituras.

Desde el principio del mundo el diablo puso en práctica sus tácticas con el propósito de confundir y entorpecer el plan de Dios, y arruinar así la relación con sus criaturas. Su artimaña desplegada frente a la primera mujer fue exitosa, logrando su objetivo. Eva creyó a sus palabras, las que actuaron como una sutil trampa ante la que sucumbió. Dicho ardid atentó contra sus débiles impulsos humanos. Los apetitos instintivos y la sed de conocimiento cegaron su visión espiritual, quebrantando su comunión con el Creador.

En el caso del Señor, podemos entender que Satanás no ignoraba el dominio que él tenía de la revelación de la voluntad del Padre, registrada en su Palabra. No obstante, podemos percatarnos de que “el padre de la mentira”, conociendo las limitaciones y debilidades del género humano, procuró vencer la fortaleza y confianza en Dios que caracterizaban a Jesús. Pero no tuvo en cuenta estos factores fundamentales en la vida del Hijo de Dios: el atesoramiento de los preceptos divinos en su corazón; su constante permanencia en la oración; y su dependencia y sumisión a la guía y dirección del Espíritu Santo. Este poderoso arsenal le aseguró el triunfo contra la batalla diabólica desatada en su contra.

El hecho de salir airosos delante de una tentación, no garantiza la victoria sobre un próximo ataque de Satanás. Cristo frente a esta prueba que le entrenaría para su ministerio, demostró estar en actitud de alerta para contrarrestar cada ataque y... ¡salió victorioso!

La “espada de dos filos”, sostenida por la oración y empuñada en el poder del Espíritu, constituye el mismo armamento disponible en nuestra defensa frente a la guerra infernal desatada contra todos los seguidores de Cristo. ¡Bendita seguridad!

Cuando el diablo se alejó derrotado tras agotar sus recursos, dejó de molestar a Jesús sólo por algún tiempo. Pero como “astuto” que es, reanudó su plan de ataque... en el momento en que el Señor gozaba de la aprobación total de parte de quienes le oían en esa ocasión en la sinagoga de Nazaret... A continuación, vea lo que ocurrió.

El enemigo se valió de un factor de índole natural, para colocar su semilla de incredulidad en los corazones. De un momento a otro todos los allí presentes comenzaron a dudar acerca de la deidad del Señor. Rápidamente se enardecieron los espíritus de aquellos hombres y se llenaron de enojo contra Jesús. Cuando la ebullición de tal estado de ánimo llegó a su clímax, procurando la muerte del Maestro, nos preguntamos, ¿cómo pudo evadir tan fácilmente el peligro?

Es muy probable que los mismos ángeles de Dios que le asistieron luego de su prueba en el desierto, le auxiliaron en aquella situación difícil. Estos mismos guardianes nos cuidan a cada instante y pelean por nosotros.

PREGUNTAS Y EJERCICIOS

6.6 - Relacione la Columna A de acuerdo con la Columna B.

Columna A Columna B

.......... a. Bautismo 1. Mensajero.

.......... b. Juan el Bautista 2. Artimaña satánica.

.......... c. Tentación 3. Padre de la mentira.

.......... d. Satanás 4. Testimonio público.

6.7 - Responda.

1. ¿Por qué Dios permitió que su Hijo fuese tentado?

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2. ¿Qué significó el bautismo para Jesús?

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Tabla de Contenido:

CRISTOLOGIA: La Vida de Jesucristo: Prólogo

Lección 1: EL MISTERIO DIOS-HOMBRE

Lección 2: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Lección 3: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Lección 4: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (2)

Lección 5: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (3)

Lección 6: LAS ETAPAS DE LA VIDA DE JESUS

Lección 7: LA SABIDURIA DE JESUS

Lección 8: LOS NOMBRES, TITULOS y DESIGNACIONES PARA JESUS

Lección 9: LA OBRA DE CRISTO PRESENTE y FUTURA

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