Lección 7: LA SABIDURIA DE JESUS
(2: Continuación)
Tema 1: LAS PREDICACIONES DE JESUS
No encontramos muchas referencias en la Biblia acerca de las predicaciones de Jesús.
En Marcos 1:39a dice que él predicaba en las sinagogas de Galilea. Lea además en Lucas 8:1. Posiblemente no se hace alusión a que Cristo desarrollase este ministerio en sentido evangelístico, que cumple con el propósito de proclamar las Buenas Nuevas de salvación, pues él era el centro de ese mensaje. Juan el Bautista anunció su advenimiento y en forma profética, su sacrificio redentor. Preparó el camino para que la gente creyese en él como el inminente Salvador del mundo.
Al comienzo de su ministerio, Cristo proclamó que él era el cumplimiento del reino de Dios y anunció el propósito de su misión: dar buenas nuevas a los pobres; sanar a los quebrantados de corazón; pregonar libertad a los cautivos; etc. Al final de esta lista de enunciados dijo el Señor: “...a predicar el año agradable de Jehová” Lucas 4:18,19.
Luego de dar a conocer el objetivo de su venida al mundo, Jesús comenzó a predicar su doctrina. Secularmente se entiende por doctrina: “conjunto de dogmas de una religión”. En otras palabras, diríamos que consiste en los principios básicos que dan vida a una religión.
En el conocido Sermón del Monte, Jesús predicó acerca de los fundamentos sobre los cuales se instituyó el reino de Dios.
En Homilética, materia que enseña a confeccionar y predicar sermones, éstos se clasifican de acuerdo con su propósito. Los que cumplen con la función primaria, que es evangelizar, se denominan sermones evangelísticos. Entre otros, están los doctrinales que se abocan a la enseñanza de principios y doctrinas bíblicas.
En esta última clasificación podríamos incluir este mensaje del Señor de Mateo 5-7. Si prestamos atención a su contenido, observaremos que Jesús pensó en cada aspecto del ser humano. Este discurso contiene todas las claves para llegar a ser un ciudadano digno del reino de los cielos.
Teniendo en cuenta que su reino se manifestó en el mundo, quienes pertenecen a él tienen que considerar todas las áreas en que ellos ejercen influencia en relación a la sociedad. Fundamentalmente Cristo les explica las pautas a seguir para agradar a Dios y ser buenos representantes de él (5:13-16).
Un sermón completo, con una rica introducción basada en las características personales legítimas de un cristiano (las bienaventuranzas). Por conclusión: un ejemplo de la vida real (los dos cimientos).
Efectuamos aquí un sencillo análisis del Sermón del Monte. Creemos que es el sermón por excelencia.
Miremos la primera parte, es decir, las “bienaventuranzas”. Esta sección es la introducción al cuerpo del sermón. En ella encontramos una síntesis de todas las verdades enseñadas por Jesús en la parte central del mismo.
El Señor abre su discurso ofreciendo una reseña de las cualidades morales y espirituales que deben conformar el carácter de un hijo de Dios.
Si observamos atentamente esta apertura y seguidamente buscamos su paralelo con el resto del mensaje, hallaremos que existe una perfecta relación. A su vez todo este contenido desemboca en la tan apropiada conclusión.
Sólo quienes reconocen la necesidad de depender de Dios; que sienten tristeza tal vez por sus pecados pasados y reciben el perdón de Dios... Sólo aquellos que someten sus impulsos carnales para dejar lugar a la mansedumbre... Y aquellos que han comprendido que la justicia humana es relativa, que sólo Dios puede dar una solución justa... Que serán dichosos si buscan el bienestar del prójimo... Que además de ser intachables exteriormente, sus intenciones sean puras, y sus corazones estén limpios a los ojos de Dios... Quienes busquen vivir en paz y hagan lo posible por conseguirlo... Que estén dispuestos aun a sufrir desprecios por haber decidido vivir de acuerdo con la justicia divina...
Sólo ellos serán luz ante la sociedad... Darán sabor a las relaciones humanas. Defenderán la justicia y se definirán por ella cumpliendo y respetando los preceptos de la ley. No permitirán que la ira se enseñoree de sus actos. Procurarán vivir ordenadamente en el aspecto civil. Su hablar será el reflejo de su estado interior. Su carácter pacífico les hará tan mansos que no existirán los enemigos para ellos; no sentirán sed de venganza. Su espíritu manso les hará sentir amor hasta por quienes no les aman.
La integridad de sus corazones les motivará entablar una comunión íntima con Dios, y anhelarán saber cómo comunicarse adecuadamente con él.
Si sus vidas condicen con los designios divinos, ya no cumplirán con las ordenanzas establecidas por Dios por el hecho de ser observados por los demás, sino para cumplir con los objetivos divinos a través de ellas.
De esta manera, viviendo y obrando como ciudadanos del reino celestial, Dios computará riquezas eternas a sus nombres. Los bienes de índole espiritual ocuparán el principal lugar en sus intereses. La ansiedad por sus necesidades materiales no les perturbará. El Dios que cuida de sus almas, velará también por su bienestar físico.
Estarán tan ocupados en producir buenos frutos, como consecuencia lógica de ser “árboles buenos”, que no tendrán tiempo para mirar los errores de otros.
Podrá ser muy elocuente la manera de profesar su fe, pero la autenticidad será evaluada por su forma de proceder. Es decir, las cualidades del verdadero carácter cristiano se evidenciarán por la conducta.
Al Señor no podrán engañarle, él ve todo. El conoce quiénes son legítimos cristianos, y un día revelará públicamente las intenciones de cada persona.
La conclusión: Una ilustración por demás oportuna para ser el broche de oro de una exposición tan rica: dos construcciones, probablemente con los mismos materiales. Tal vez la estructura de ambas sea igual. Pero hay una gran diferencia entre ellas: el fundamento. No asentaron los cimientos de la misma forma. Y en consecuencia, la estabilidad de tales edificaciones no ha sido la misma.
La pertinencia con el contenido total del sermón es fácil de deducir: La diferencia entre el verdadero y el seudo cristiano radica en sus bases. ¡Qué sabiduría insondable la de Jesús!
Para finalizar estas apreciaciones, meditemos en estas palabras, pronunciadas por el Señor durante este sermón: “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia...” (6:33a).
El vocablo primeramente, ¿no le habla de fundamento? Aquí podríamos decir, que todo cuanto concierne al reino de Dios y su justicia, constituye los verdaderos materiales para poner los cimientos de nuestra vida cristiana.
PREGUNTAS Y EJERCICIOS
7.1 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.
.......... 1. Mateo 1:39a dice que Jesús predicaba en las sinagogas de Galilea.
.......... 2. Jesús nunca predicaba, él enseñaba.
.......... 3. “Doctrina” es el conjunto de dogmas de una religión”.
.......... 4. Los fundamentos del reino de Dios están instituidos en el Sermón del Monte.
.......... 5. La introducción al Sermón del Monte trata el tema “divorcio”.
7.2 - Responda.
1. Analice, ¿cómo reaccionaba la gente cuando Jesús predicaba?
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2. ¿Qué espera usted de una predicación?
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3. Lea el Sermón del Monte. ¡Bendiciones!
