Publicado en Cursos / — Carlos / 2014-02-26 11:14:57 / 7521

Lección 8: LOS NOMBRES, TITULOS y DESIGNACIONES PARA JESUS

(3: Continuación)

Tema 2: LOS TITULOS DE JESUS

Al comienzo de este estudio nos referimos al significado del vocablo título diciendo que relacionado a una persona, cumple con el objetivo de exaltar sus dignidades.

Varios son los títulos empleados en la Escritura para mencionar a Jesús. Aquí nos abocaremos a ellos.

a. Príncipe de Paz.

En Isaías encontramos este título (9:6) en sentido profético asignado al niño Jesús.

El significado corriente de la palabra príncipe dice: “El que posee una soberanía o pertenece a una familia soberana”. También: “por autonomasía, hijo primogénito del rey, heredero de su corona”. O bien: “Soberano de un estado”.

Si vamos a la Biblia y buscamos el significado de este término en el idioma original, notamos que indica “un fundador, autor, príncipe o conductor”. En Hechos 5:31 lo vemos en el sentido de conductor, y en Hechos 3:15 aparece como autor.

Analicemos la otra parte que compone el título: DE PAZ.

La proposición de nos da la idea del carácter de la persona a quien se refiere y además nos da a entender que dicha persona tiene facultad de conceder esa virtud espiritual. Ambas ideas se concretan en Cristo. Es conveniente enfatizar al respecto, que a través de él gozamos de perfecta paz para con Dios.

Significado completo del título:

En cuanto al cuestionamiento que hicimos para analizar la composición de este título, podemos deducir que a Cristo le pertenece la soberanía sobre todo principado (dominio). El es el primogénito entre todos sus hermanos, por lo tanto el único heredero del trono eterno.

Si conciliamos los distintos aspectos del razonamiento efectuado, arribamos a esta conclusión: Cristo es el fundador y conductor de nuestra vida espiritual. De este modo, podemos afirmar que él es el autor de nuestra relación pacífica con Dios. En consecuencia, él es el soberano, único con derechos de ejercer todo dominio sobre todo lo creado. A él sólo le corresponde la condecoración de príncipe de paz.

b. Admirable.

Sólo Jesús es digno de este título. En las Escrituras se afirma que no hay justo, ni aun uno (Romanos 3:10). Ciertos hombres realizan grandes hazañas que despiertan la admiración de la gente, sin embargo sus conductas no son compatibles con sus obras. Pero al considerar la vida de Jesús y su ministerio en la tierra, podemos afirmar que tanto su vida como sus hechos se granjearon la admiración de cuantos lo conocían. Nosotros, al enriquecer el conocimiento acerca de su persona ¿no experimentamos que nuestra admiración por él aumenta día a día? ¡Nadie como él! ¡Nadie merece ser llamado admirable! (Mateo 22:33).

c. Consejero:

Leamos en Proverbios 27:9 donde apreciamos el valor del buen consejo de un amigo. En Cristo tenemos nuestro mejor amigo, por lo tanto nuestro mejor consejero. De acuerdo con su omnisciencia, sus consejos están fundamentados en la eternidad, por lo que sabemos que son firmes. Y debido a su deidad, estamos seguros que son verdaderos (Isaías 25:1).

En una oportunidad los discípulos expresaron al Señor la necesidad de escuchar sus palabras, declarando que éstas realmente eran “palabras de vida eterna” (Juan 6:68).

Escuchar y atender los consejos de Jesús transmite vida a nuestras almas. Si acatamos sus consejos recibimos corrección (Proverbios 19:20). En Hebreos 12:5-11 el Espíritu Santo nos exhorta a no menospreciar la disciplina del Señor cuando somos reprendidos por él. A veces sus consejos son expresados a manera de reprensión, pero recibámoslos sin reprochar, son para nuestro bien y salud de nuestras almas.

¡Cuántas veces nos disgustamos por las pruebas que nos sobrevienen! ¿No pensó en que las mismas son el consejo del Señor a fin de que recibamos un bien espiritual?

d. Dios fuerte.

“Dios es nuestro amparo y fortaleza...” Salmo 46:1. A través de toda la Escritura notamos que el Espíritu Santo enfatiza la fortaleza de Dios. Esa virtud actúa en favor de sus hijos. Como dice la segunda parte del mismo versículo: en Dios encontramos auxilio en las tribulaciones.

Jesucristo, en carácter de Hijo de Dios, posee todos los atributos divinos. En consecuencia, él es nuestra fortaleza y a él acudimos en nuestra debilidad. Por lo tanto él merece el calificativo de Dios fuerte.

e. Padre eterno.

Jesús dijo: “Yo y el Padre uno somos”. Juan 10:30. En esta frase evidenciamos una perfecta identificación de él con el Padre.

En una oportunidad Cristo expresó a sus discípulos que su comida era hacer la voluntad del Padre, es decir, que la voluntad del Padre era también la de él.

En su oración en el Getsemaní la voluntad del Padre determinó la suya.

Si leemos en Juan 14:10 veremos que aun las palabras pronunciadas por él fueron determinadas por el Padre, pues el Padre siempre estuvo en él. Por la intervención del Espíritu Santo se hace realidad para nosotros que el Padre y el Hijo son uno solo (Juan 14:20). Entonces entendemos que aunque él es el Hijo, es para nosotros lo mismo que el Padre.

f. Rey de reyes.

El reinado de Cristo fue anunciado proféticamente. Una cita que corrobora esto es Salmo 2:6, “Pero yo he puesto mi rey sobre Sion, mi santo monte”. Según el significado secular el apelativo de “rey” le corresponde al jefe soberano de una monarquía.

La creación se acopló al anuncio de la llegada del “soberano” de Israel indicando con una estrella “fuera de lo común” el lugar donde nacería (Mateo 2:2).

El pueblo judío aspiraba un rey que ejerciera un gobierno temporario que satisfiera sus ambiciones materiales, externas. Por ese motivo no pudieron reconocer a Jesús como el Rey enviado por Dios, cuyo reinado sería de índole espiritual. Su trono: el corazón humano. A causa de su ceguera espiritual, Israel le rechazó como rey (Lucas 19:14).

Rey de reyes no sólo implica la supremacía de Cristo sobre los demás monarcas, sino que él establecería su reinado aun sobre ellos. Llegará un día cuando hasta los soberanos del mundo doblarán sus rodillas delante del trono supremo. Se cumplirá así el tiempo del reinado universal de Jesús.

Cuando Dios le otorgue todo el poder, su reinado será sobre todos por la eternidad (Apocalipsis 11:15).

El mensaje de Juan el Bautista, Jesús y los discípulos, se basó en la llegada del reino de Dios, concretado en la aparición de su Hijo.

Al orar el Padre Nuestro expresamos el deseo de que el reino de Dios se haga real en medio de nosotros y que su soberana voluntad sea cumplida. ¿Somos conscientes de lo que estamos expresando? En realidad estamos declarando que aceptamos que el Rey implante sus leyes en nuestras vidas. De hecho, le estamos profesando nuestra sumisión.

PREGUNTAS Y EJERCICIOS

8.3 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.

.......... 1. “Príncipe de paz” es un título usado por el profeta Ezequiel.

.......... 2. En el idioma original “príncipe” indica: “Un fundador, autor, príncipe o conductor”.

.......... 3. El título “admirable” le correspondería a todos los apóstoles.

.......... 4. Los consejos de Jesús están fundamentados en la eternidad.

.......... 5. Por la deidad de Jesús estamos seguros que sus consejos son verdaderos.

8.4 - Responda.

1. ¿Apoya la trinidad la expresión “Dios fuerte”?

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2. ¿Cómo puede la Iglesia vivir bajo el reinado de Cristo y reconocerle como rey?

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Tabla de Contenido:

CRISTOLOGIA: La Vida de Jesucristo: Prólogo

Lección 1: EL MISTERIO DIOS-HOMBRE

Lección 2: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Lección 3: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Lección 4: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (2)

Lección 5: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (3)

Lección 6: LAS ETAPAS DE LA VIDA DE JESUS

Lección 7: LA SABIDURIA DE JESUS

Lección 8: LOS NOMBRES, TITULOS y DESIGNACIONES PARA JESUS

Lección 9: LA OBRA DE CRISTO PRESENTE y FUTURA

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