Lección 8: LOS NOMBRES, TITULOS y DESIGNACIONES PARA JESUS

Por: María Alicia De Nanni

(6: Continuación)

Tema 5: LOS EPITETOS PARA JESUS

Estos equivalentes de adjetivos se emplean acompañados del nombre de la persona a quien se aplican. En los ejemplos que citamos en este estudio no es necesario nombrar cada vez a Jesús pues él es el tema que nos atañe.

Veamos ahora otros epítetos asignados al Señor, a los que se hace referencia en la Biblia.

a. El Maestro.

En hebreo es rabí. Este término se aplica en el Nuevo Testamento a uno que enseña, a un instructor. Cristo era reconocido por todos quienes le escuchaban como el “maestro”, aun por quienes se identificaban como sus enemigos (Mateo 12:38). Sus enseñanzas son apropiadas para todas las clases sociales y los distintos niveles de intelectualidad. Según la lección anterior, cuando hablamos de su ministerio, dijimos que sus enseñanzas despertaban el interés y la admiración de la gente.

Hoy, él nos enseña a través del Espíritu Santo lecciones que nos permiten avanzar en nuestra vida cristiana.

b. El Buen Pastor.

El oficio de pastor de ovejas se ha perpetuado a través de muchas épocas y en distintas culturas. Consiste en una labor sencilla pero que involucra mucha responsabilidad. Las ovejas no pueden prescindir de alguien que las proteja y guíe constantemente. Por las noches son conducidas a un corral seguro donde duermen, conocido como redil (Juan 10:1). Durante las horas del día, el pastor las guía hasta regiones de pastoreo para que sacien su hambre y su sed. Lea una descripción apropiada de esto en el Salmo 23.

Para los hebreos es muy práctica la ilustración del cuidado de un pastor para con sus ovejas a fin de representar la protección de Dios en calidad de Pastor de Israel (Salmo 80:1). Jehová a través del período del Antiguo Pacto demostró su pericia pastoril en relación a su pueblo el que se comportó en muchas oportunidades con torpeza y falta de noción para encontrar el rumbo definido.

Durante la era neotestamentaria Jesús manifestó en su ministerio ser el cumplimiento del “pastor de almas” (Juan 10:11). Luego de revelarse como tal, afirma que como buen pastor está dispuesto aun a entregar su vida por las ovejas. Realmente esto es lo que hizo nuestro Gran Pastor.

c. La Puerta.

La puerta permite la entrada o salida a un lugar cerrado por paredes, murallas, enrejados, etc. Es una abertura protegida generalmente por una pieza de madera que se abre o se cierra a voluntad. Para proveer seguridad impidiendo el ingreso de intrusos, poseen cerrojos, que obstruyen el acceso al interior del lugar.

El hecho de que los pórticos del templo se encontraran abiertos representaba para los judíos la libertad de entrar a la misma morada de Dios (Ezequiel 43:1).

Jesús, en Juan 10:9 se compara con la puerta de un redil. En el plano espiritual podemos aseverar que sólo a través de él podemos entrar a la gracia de Dios.

d. El Camino.

Jesús dijo: “Yo soy el camino...” (Juan 14:6a).

Podemos decir que un camino es una senda abierta en la tierra con el propósito de transitar por ella para poder llegar al destino propuesto.

Notemos que Cristo es el verdadero Camino para llegar a la misma presencia del Padre. A través de su muerte en la cruz él nos abrió un “camino nuevo y vivo” (Hebreos 10:20).

e. La Verdad.

En el mismo versículo antedicho, leemos además que Cristo aseguró ser “la verdad”.

En el Antiguo Testamento la palabra “verdad” con respecto a Dios, no sólo se aplica para identificarlo como el único Dios verdadero, sino para enfatizar su carácter veraz, fidedigno. El salmista declaró dirigiéndose a Javeh: “...Tú amas la verdad en lo íntimo...” (51:6), y “...todos tus mandamientos son verdad...” (119:86).

En Efesios 4:21, el apóstol Pablo expresa: “...conforme a la verdad que está en Jesús”.

Además de Pablo, tanto Juan como Santiago afirman que el Señor es la verdad y que por medio de él vino la verdad al mundo (Juan 1:17).

Refiriéndose a su personificación de la verdad, Cristo declaró: “...y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:32).

El pecado, que proviene del padre de la mentira, esclaviza. Conocer a Cristo es conocer lo auténtico, la verdad, que rompe las cadenas de toda confusión, engaño, prejuicios, error, etc.

La doctrina de Cristo es la verdadera, fundamentada en la base sólida de su persona: la auténtica verdad.

f. La Vida.

En el Antiguo Testamento está en forma tácita o directa la afirmación que Dios es la fuente de la vida.

Dios dotó de vida a toda la creación pero el ser humano es el privilegiado de haber recibido el mismo aliento de la vida divina (Génesis 2:7).

Por lo tanto la vida es un don de Dios, es un tesoro de inestimable valor, y está condicionada al grado en que obedecemos sus preceptos (Proverbios 3:1-8).

De acuerdo con las enseñanzas del Nuevo Testamento el concepto de que Dios es el origen de la vida se acentúa en varios pasajes, y que la vida plena es transmitida a los hombres a través de su Hijo Jesucristo (Efesios 2:5). Al resucitar, Cristo nos legó por fe en él la vida indestructible.

Además de reafirmar que él es “la vida” ofreció darnos vida en abundancia de la que podemos disfrutar ya sobre esta tierra, la que no tendrá fin (Juan 10:10). ¡Gloriosa esperanza! Viviremos eternamente bajo el aliento de la fuente de la vida. ¡Gracias Jesús!.

g. El Alfa y la Omega.

Alfa y Omega son la primera y la última letra del alfabeto griego (Apocalipsis 1:8). Jesús se refiere a estos signos de la escritura insinuando su existencia eterna. El, por ser Dios mismo, no tiene principio ni fin, es eterno: “era, es y será”. El tiempo no puede encerrar su vida.

h. El Testigo Fiel.

Testigo es “alguien que puede corroborar un hecho que ha presenciado o testificar fehacientemente de algo que ha oído”. Además, un testigo fiel puede ofrecer pruebas que avalen su testimonio (Apocalipsis 1:5).

Nadie como Jesús para testificar acerca del Padre.

i. El Autor y Consumador de la fe.

Por autor entendemos: “el que es causa de alguna cosa”. Y por la acción de consumar: “llevar a cabo enteramente”.

Cristo es la causa de la fe. Sin él, ésta no existiría. No sólo está asentada en él, sino que él la sustenta ahora y por la eternidad (Hebreos 12:2).

j. La Vid Verdadera. Juan 15:5

Los viñedos eran uno de los principales cultivos de las tierras bíblicas. Por esta razón han sido usados como ilustración de verdades espirituales, puesto que el conocimiento de estos frutos era de dominio público.

Jesús hizo alusión a este tipo de vegetación para describir la unión y dependencia que debían tener los discípulos en relación a él. El se comparó con la vid, es decir, el tronco plantado del que proviene la savia (vida) que inerva todas sus ramas alimentándolas. La perfecta comunión con Jesús provee a los sarmientos de la “cepa” indispensable para producir los frutos.

Según esta metáfora los seguidores de Cristo cumplen con la función de sarmientos o pámpanos. Ellos irrigan la vida de Cristo de uno a otro, la que les provee de la fuerza necesaria para realizar su cometido. El mismo consiste en fructificar.

Dios el Padre está tan estrechamente unido al Hijo que conforme ya vimos, Jesús manifestó que ambos son uno solo. Por esa razón Jesús le pidió en oración que los suyos fueran unidos a él tan íntimamente que de ese modo conformasen una unión indisoluble con el Padre, el legítimo labrador de la viña (Juan 15:1b).

k. Cabeza de la Iglesia.

Conforme al apelativo para designar a Jesús considerado anteriormente; destacamos los resultados de tener comunión íntima con él. En este punto hablaremos de otro epíteto que acentúa la unidad de Cristo con los suyos, que la Biblia ilustra con la relación de la cabeza y el cuerpo (Colosenses 1:18a).

En el cuerpo humano, de la cabeza emanan los signos vitales que nutren y permiten la correcta sincronización de todo el organismo.

En Colosenses 1:18a leímos que Cristo cumple con la función de cabeza, y la Iglesia hace las veces de su cuerpo. Es decir, cada integrante de la Iglesia es un miembro de este organismo espiritual. Es sumamente esencial que cada uno de los cristianos estemos unidos de manera muy estrecha a Cristo, la Cabeza, a fin de que recibamos la esencia de la vida que nos permite crecer y fortalecernos. Además si estamos bien concertados y unidos a él y entre nosotros, recibiremos la coordinación exacta para funcionar como un organismo humano totalmente sano. Es decir, como cuerpo, obedeceremos las órdenes que envía la Cabeza, logrando así un funcionamiento en total armonía (Efesios 4:1-16).

l. La Roca.

En Exodo 17:1-7 encontramos el relato del pueblo de Israel en un día en que experimentaron el desfallecimiento por causa de gran sed. Moisés como guía de este pueblo durante el tiempo de su peregrinaje, consultó a Jehová qué podía hacer para suplir aquella necesidad. Dios le respondió que podían proveerse de suficiente agua con sólo golpear la peña de Horeb con su vara. Moisés acató esta indicación y se produjo una hendidura en aquella roca, de la que comenzó a brotar agua como si fuese un manantial. A esta ocasión se refiere el apóstol Pablo en 1 Corintios 10:4 y concluye la mención del milagro con esta aplicación espiritual: “...y la roca era Cristo”.

Otra ocasión en que vemos semejanza entre Cristo y una roca de base sólida, inamovible, es cuando el apóstol Pedro pronunció esta declaración tan certera acerca de Jesús: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”. Jesús consciente de que sólo a través de la revelación divina aquel discípulo pudo responder con tanta sabiduría, afirmó:”...sobre ésta roca edificaré mi Iglesia...”. O sea que él mismo sería el cimiento, la base de la iglesia, dándole origen y sosteniéndola a través de todos los siglos. Para concluir este punto diremos que la primera acepción de roca, nos habla de Cristo herido en la cruz a fin de saciar nuestra sed espiritual.

En cuanto a la segunda metáfora entendemos que la estructura de la iglesia universal está asentada sobre la inalterable doctrina de Cristo, su persona y su obra.

ll. La piedra del ángulo (Efesios 2:20; 1 Pedro 2:6).

Antiguamente cuando se ponía el cimiento para edificar una casa se colocaba como base de unión entre dos paredes una piedra con forma angular, cuyo vértice era un ángulo perfecto. Entonces para que el edificio tuviese una estructura cuadrangular era necesario utilizar cuatro piezas rocosas de esa índole, de modo que le diera firmeza y unión a cada una de las paredes.

La aplicación de esta ilustración nos indica que Cristo es para nosotros como una de esas piedras que arman, unen y afirman las demás piedras. Como dice el apóstol Pedro, cada cristiano es una piedra viva y es parte integrante en el gran edificio espiritual donde mora Dios (1 Pedro 2:5).

Cristo es la piedra que ocupa el lugar prominente en esta construcción. Nos referimos al templo espiritual no hecho de manos de hombres, que alberga la gloriosa presencia de Dios.

m. Tabernáculo.

En Juan 1:14 leemos el verbo conjugado “habitó”. El mismo se traduce “puso tabernáculo”. Es decir, si colocamos esta traducción del original en lugar del término consignado en nuestras biblias resulta esta expresión: El Verbo puso tabernáculo entre nosotros. Teniendo presente que el Verbo es Cristo, podríamos decir en nuestras propias palabras: Por medio de su presencia es posible que Dios more entre y en nosotros.

n. El Santo.

En Apocalipsis 16:5b encontramos esta designación para Jesús, el Santo.

A través de las referencias a Cristo en las Epístolas hallamos enfatizada la afirmación de que el Señor, aunque fue igual que nosotros, no conoció la contaminación.

Cuando la Biblia habla de un emblema cuyo uso es santo, nos confiere la idea de que tal elemento no posee santidad intrínseca, sino que ha sido apartado del uso común para ser utilizado en el servicio de Dios.

Al aplicar a Jesús el epíteto “el Santo” entendemos que las Escrituras afirman no sólo que él es santo en su naturaleza, sino que puso su vida por entero al servicio de Dios.

Pero, ¡qué responsabilidad para quienes procuramos imitarle la exhortación que él nos dirige! “Sed santos, porque yo soy santo”. 1 Pedro 1:16.

o. Siervo.

El Espíritu Santo, en forma profética, transmitió al profeta Isaías la relación que tendría el Hijo de Dios encarnado con su Padre. Leemos en su libro homónimo en el capítulo 42:1: “He aquí mi siervo...”

El apóstol Pablo al referirse a la humillación que significó para Cristo el hecho de condescender con el género humano dice: “...tomando forma de siervo...” Filipenses 2:7. Sabemos que después que Jesús descendió de su pedestal divino para ocupar la débil condición de hombre y adoptar una actitud servil; Dios complacido por la humildad de su Hijo, le exaltó sobremanera.

Para ilustrar adecuadamente su espíritu abnegado, Cristo demostró que estaba dispuesto a servir a los discípulos aun en tareas por demás modestas. Cuando éstos ni lo esperaban, él se les apareció con un recipiente con agua y una toalla... y allí nomás, se inclinó y comenzó a lavar los pies de cada uno de ellos.

En otra oportunidad algunos de sus discípulos le manifestaron la presunción de querer ocupar un lugar prominente cuando estuviesen junto a él en el cielo. Por respuesta, Jesús les lanzó una expresión que les inducía a reflexionar: “El Hijo del Hombre no vino para ser servido sino para servir”.

Nuevamente Isaías menciona el carácter de siervo de Jehová alusivo a Jesús y predice su consecuente exaltación por parte del Padre (Isaías 52:13).

Mediante el ejemplo que nos dio Jesús extraemos el siguiente principio aplicable a nuestras vidas: “...el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido” (Mateo 23:12).

p. Esposo.

En el libro Cantar de los Cantares tenemos una alegoría representando la mutua atracción entre un esposo y su esposa y la comunión especial que gozan entre sí.

Cristo se identifica con un esposo amante que entregó hasta su propia vida como prenda de amor por su esposa. La Iglesia personifica su especial tesoro, la amada de su corazón (Efesios 5:25).

Aún no tuvo lugar la celebración de las bodas de Cristo y su desposada pues éstas serán realizadas allá en el cielo con todo esplendor y gloria. Jesús espera con ansias ese gran acontecimiento. La Iglesia que se halla hermoseando su vestido nupcial, espera que el esposo venga a buscarla y le dice: ¡ven!(Apocalipsis 22:17a).

Querido/a alumno/a: Al finalizar el estudio de otra lección tan importante como las demás, en la que hemos considerado los nombres, los títulos y las demás designaciones atribuidas a Cristo. deseamos que el Espíritu Santo selle en su corazón la enseñanza que nos deja cada uno de los significados.

En la próxima y última lección mencionaremos los oficios involucrados en la obra de Jesús, tanto presente como futura. ¡Dios le bendiga!

PREGUNTAS Y EJERCICIOS

8.9 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.

.......... 1. El término maestro en hebreo es “rabí”.

.......... 2. En el Antiguo Pacto Jehová demostró su pericia pastoril para con su pueblo.

.......... 3. Cristo a través de su muerte en la cruz nos abrió un “camino nuevo y vivo”.

.......... 4. En el Antiguo Testamento no se usa la palabra “verdad” con respecto a Dios.

.......... 5. Jesús se refiere que él es el camino, para insinuar su existencia eterna.

8.10 - Responda.

1. ¿Qué significa “alfa y omega”?

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2. ¿Por qué Jesús es el testigo fiel por excelencia?

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3. ¿Qué entendemos por “autor” y “consumador” de nuestra fe?

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8.11 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.

.......... 1. Los viñedos no eran muy conocidos entre los israelitas.

.......... 2. La roca de Horeb fue golpeada por Isaac.

.......... 3. El apóstol Pedro pronunció: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”.

.......... 4. En Juan 1:14 leemos el verbo conjugado “habitó” se traduce “puso tabernáculo”.

.......... 5. Jesús es santo porque fue separado pero no posee santidad intrínseca.

8.12 - Responda.

1. ¿Cómo es el Siervo de Jehová, según Isaías?

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2. Busque en su Biblia citas que muestren la relación esposo-esposa respecto a Cristo y la Iglesia o Jehová e Israel.

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REVISION GENERAL

8.13 - Relacione la Columna A de acuerdo con la Columna B.