Publicado en Cursos / — Carlos / 2014-02-25 11:39:59 / 5546

Lección 4: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (2)

(5: Continuación)

Tema 4: RELACION DE JESUS CON SUS HERMANOS

Cabeza de la iglesia.

Sabemos que a partir del derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés, se originó la gran asamblea que nucleó a todos los redimidos por la sangre de Jesús, la cual es la Iglesia. Dios determinó que Cristo fuese la cabeza de este organismo viviente, a fin de dirigirlo e impartirle las órdenes para su perfecto funcionamiento (Efesios 1:22,23). Por eso es llamada la Iglesia el Cuerpo de Cristo (Romanos 12:5).

Dios, por medio de su Espíritu, nos provee de los medios necesarios para que crezcamos y seamos perfeccionados como organismo. A través de la perfecta coordinación de la “Cabeza”, todos los medios son dirigidos para satisfacer las necesidades del cuerpo y fomentar su crecimiento (Efesios 4:15b; Colosenses 2:19). Dios concedió a la Iglesia dones y ministerios con el fin de promover su edificación (Efesios 4:12).

Como individuos, miembros de la iglesia del Señor, tenemos mucha gratitud porque Dios dio tanto de su parte para que su Hijo se refleje en nosotros. Ahora, ¿qué de nuestra parte? ¿Involucra nuestra responsabilidad este glorioso propósito divino? Podemos asegurar que sí después de incursionar en la teología de Pablo acerca de Cristo. ¿De qué manera podemos aumentar nuestra estatura espiritual hasta alcanzar la plenitud de Cristo?. ¡Imitándole! (1 Corintios 11:1)

Consideremos algunos aspectos en que Pablo invita a seguir el ejemplo de Cristo. Su gran anhelo era ser igual a él en:

a. Su sentir.

En su Carta a los Filipenses Pablo les instó a que permitieran que los mismos sentimientos que impulsaron a Cristo a llegar hasta la cruz, fuera el mismo sentir que imperase en la comunión entre ellos (Filipenses 2:5-8). Note las observaciones acerca de la actitud de Cristo:

1. Renunció a su posición: Ser Dios.
2. Se ofreció para servir: adoptó la función de un siervo.
3. Asumió una naturaleza imperfecta: aceptó ser como quien necesitaba de su rescate.
4. Se humilló más que todos los hombres: murió como el más vil de ellos.

Pablo adujo a esta verdad cuando expresó su anhelo de ser igual a Cristo en sus padecimientos, estando dispuesto a pagar aun con el precio de su vida por servir a sus hermanos (Filipenses 3:10). El sabía que la muerte le esperaba por la causa de Cristo en favor de los creyentes, y de quienes serían evangelizados por él (2 Timoteo 4:6). ¡Qué demanda la de Pablo! Entregarnos sin reservas para bendecir a nuestros hermanos.

b. Su perdón.

Pablo ruega a los creyentes de Colosas que practiquen el mismo perdón de Cristo. ¿¡Cómo no ofender a Cristo si hacemos daño a nuestro hermano por quien él también derramó su sangre y perdonó sus pecados!? (1 Corintios 8:12).

c. Su mente.

El Espíritu de Cristo que mora en nosotros nos revela aun sus mismos pensamientos. Nuestra mente finita acomoda todos los conceptos al plano físico, (1 Corintios 2:14), es decir traduce todo desde la óptica humana. Mientras que la mente de Cristo juzga todas las cosas desde el punto de vista espiritual. O sea, que su escala de valores fija su base en lo celestial, lo verdadero, en lo que pertenece a la voluntad de Dios.
En el capítulo 8 de Romanos, versículos 5 al 14 encontramos enunciadas las pautas que permiten denotar en qué consiste el control de todas las áreas de nuestra vida bajo la guía del Espíritu de Cristo. Según la explicación que nos confiere aquí el apóstol, esa es la conducta o manera de pensar y de vivir de un verdadero cristiano. De lo contrario, en otras palabras, no tiene el Espíritu de Cristo por lo tanto, no es de él (Romanos 8:9b). Si tenemos el Espíritu de Cristo, también tendremos la mente de Cristo. El apóstol asevera a los corintios que tanto él como ellos poseían la mente de Cristo, es decir, que existía una perfecta armonía entre sus pensamientos y los del Señor (1 Corintios 2:16).

¿Cómo es la mente de Cristo?, ¿Cuál el designio de sus pensamientos? Lo encontramos a través de la exhortación de Pablo: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad” (Filipenses 4:8).

Es lógico creer que si tenemos al Espíritu de Cristo, transmitiremos lo que Cristo quiere decir. Esta fue la experiencia de Pablo (2 Corintios 13:3).

En una oportunidad cuando Pablo despidió al joven Timoteo al concluir su Carta escribió: “El Señor Jesucristo esté con tu espíritu” (2 Timoteo 4:22). De este modo le auguró que el Señor guiara aun sus más íntimos pensamientos.

Notemos este imperativo de Pablo dirigido a los efesios: “Renovaos en el espíritu de vuestras mentes” (4:23). Aplicándolo a nosotros podríamos decir: procuremos que la intención que motive nuestros pensamientos sea la correcta, la que nos indique el Espíritu Santo.

d. Su mansedumbre y ternura (2 Corintios 10:1).

Pablo observó este rasgo característico en Cristo que le fue dado a conocer por el Espíritu Santo a través de quien mantuvo una estrecha comunión con él. Por otro lado, comprendió que aunque Jesús es sumamente manso y tierno, en él no hay asomo de debilidad, flaqueza, ni cobardía. El es fuerte y poderoso (2 Corintios 13:4).

¿Son estas cualidades opuestas entre sí?, ¿se contradicen?. No, en absoluto. Son plenamente compatibles y armónicas. “La mansedumbre no es debilidad que se dobla, es la fortaleza obrando con suavidad”. Según Pablo, la mansedumbre debe ser una virtud infaltable en el siervo de Dios cuando le es preciso aplicar corrección (2 Timoteo 2:25). Ejercer disciplina, en cualquier orden de la vida, requiere autoridad y firmeza de carácter. De allí que no podemos pensar que mansedumbre sea sinónimo de debilidad. Jesús mismo nos invita a ser mansos como él e incluye esta virtud entre las claves para hallar descanso: “...aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón...”

e. Su amor.

Declara el apóstol que el sacrificio de Cristo exhaló perfume fragante en la presencia de Dios. Ese aroma que agradó tanto a Dios fue el gran amor que le motivó a entregar su vida. Los ingredientes de esa fragancia de Cristo, los encontramos en 1 Corintios 13:4-7. En el mismo capítulo versículo 3b, dice: “... y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve”. Es decir, aunque ofrezcamos nuestra vida en sacrificio sin ser motivados por un amor sincero, será un sacrificio sin sentido. Aprendamos de Cristo, el amor fue el móvil que le impulsó a hacer todo cuanto hizo.

Querido/a alumno/a: Cada uno de estos rasgos y virtudes personales del Señor Jesucristo, es posible adquirirlos en nuestra vida. Si le imitamos nos edificaremos personalmente, pero ese progreso en cada uno de nosotros, redundará en bendición del Cuerpo de Cristo. Este es el objetivo del apóstol al desafiarnos a adoptar la personalidad de Jesús: que su Iglesia crezca y se desarrolle en armonía. Cabe mencionar que Pablo insta además a preocuparse los unos por los otros, 1 Corintios 12:25-26; a cuidar del hermano débil para que no vuelva atrás, 1 Corintios 8:11; a no hacer nada que le sea de tropiezo a aquel que aun es inmaduro, 1 Corintios 8:13.
Pablo también requiere de cada miembro esté siempre dispuesto a compartir tanto las alegrías como los sinsabores de los demás, sintiendo lo mismo (1 Corintios 12:26). De acuerdo con sus enseñanzas a la iglesia de Efeso, los integrantes de la iglesia del Señor deben velar y orar continuamente por todos los santos, y también por los líderes (en este caso Pablo) para que presentasen el evangelio con poder.

PREGUNTAS Y EJERCICIOS

4.10 - Responda.

1. Mencione algunos aspectos que podemos seguir de Jesús. Ser igual en su:

a. ................................................................................................................

b. .................................................................................................................

c. .................................................................................................................

d. ...................................................... .........................................................

e. .................................................................................................................

4.11 - Investigue.

¿Qué momento en la vida de Jesús puede servir como ejemplo de...?

a. Su amor: ...................................................................................................................................................

b. Su perdón: ................................................................................................................................................

c. Su mansedumbre y ternura: ....................................................................................................................

4.12 - Complete.

1. Renunció a su posición: .............................................................

2. Se ofreció para servir: ................................. ............................................................ ............................

3. Asumir una naturaleza imperfecta: ..........................................................................................................................................................................................................................

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7

Copie y pegue en su muro de Facebook el siguiente enlace:

https://www.miiglesia.com/site/show-post.php/leccion-4-las-referencias-sobre-jesus-en-el-nuevo-testamento-2
Editar

Comentar

Enviar

Tabla de Contenido:

CRISTOLOGIA: La Vida de Jesucristo: Prólogo

Lección 1: EL MISTERIO DIOS-HOMBRE

Lección 2: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Lección 3: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO

Lección 4: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (2)

Lección 5: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (3)

Lección 6: LAS ETAPAS DE LA VIDA DE JESUS

Lección 7: LA SABIDURIA DE JESUS

Lección 8: LOS NOMBRES, TITULOS y DESIGNACIONES PARA JESUS

Lección 9: LA OBRA DE CRISTO PRESENTE y FUTURA

clic para cerrar