CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS
(2: Continuación)
2 - EL CONSEJERO DIVINO
Como hemos dicho el Señor Jesucristo reside ahora de modo invisible en Su Iglesia en la persona del Espíritu Santo. Jesús le aseguró a sus discípulos que el Padre les enviaría “ otro Consolador…el Espíritu de Verdad”. Juan 14:16,17. La palabra “ otro” fue traducida del griego ALLOS, que significa: “una diferencia numérica referido a otro con carácter similar, u otro de la misma especie”. Durante tres años y medio Jesús guió, enseñó, instruyó, corrigió y animó a sus discípulos, fue realmente su Consejero, como también aconsejó a muchos más. Ahora en el momento que estaba anticipando su partida de la tierra, les dijo que les iba a enviar “otro Consolador” que sería como Él mismo, para que los guiara y enseñara como Él lo estuvo haciendo. “ Consolador ” fue traducido del griego PARAKLETOS que literalmente significa: “llamado al lado y en ayuda de uno, sugiere la capacidad para prestar ayuda. Generalmente usado para el que aboga por la causa de otro, y en un sentido más amplio, significa uno que socorre, que consuela, que aconseja”.
El Espíritu Santo es llamado Santo porque es la fuente de toda santidad, y principalmente su obrar en el corazón del cristiano es impulsar el anhelo de ser santo en toda expresión y conducta por el hecho de que Dios es santo. El aconsejar es un aspecto de la santificación. Como hemos dicho, la obra del Espíritu Santo en la persona regenerada es la santificación, por lo tanto debemos considerar al Espíritu Santo como la persona más importante en el contexto del aconsejar bíblico, y considerarlo el Consejero de los consejeros.
Jesús les anunció a sus discípulos que los mandaría a hacer una gran obra, mayor a la que Él había hecho. Esta obra podrían comenzar a realizarla cuando viniera el Espíritu Santo sobre ellos, quien les daría el poder, la guía y los consejos para poder ejecutarla. Jesús les prometió también, que continuaría estando con ellos, por medio del Espíritu Santo, hasta los confines de la tierra. Así que Jesús si bien los dejaba físicamente, esto iba a ser beneficioso para ellos y todos los cristianos de todo el mundo en todos los tiempos, porque no estarían nunca más solos, ni tampoco deberían decidir nada por su propia cuenta, pues el Espíritu de Verdad les daría el consejo apropiado para cada situación. Lo cierto que el Espíritu Santo aconsejó a los discípulos de una manera perfecta, y además fueron capacitados para recordar de una forma inequívoca las palabras y obras de Jesús, para ser fielmente reproducidas en el Nuevo Testamento.
La obra principal del Espíritu Santo llega hasta nuestros días, por medio de Su Verdad predicada, explicada y aplicada sobre los miembros de la Iglesia de Cristo en todo el mundo hoy. El Espíritu Santo es quien regenera y da fe a los inconversos (1 Corintios 12:3), quien capacita al creyente para comprender las verdades de Dios(1 Corintios 2:9-16), quien nos ayuda a vivir conforme a la voluntad de Dios. Todos los creyentes reciben el Espíritu Santo en el momento de la regeneración, en el mismo momento que declaran a Jesucristo Señor y Salvador de sus vidas; y por lo tanto ya quedan habilitados para recibir su consejo. Pero para tener la capacidad de dar el consejo de Dios, es necesario recibir el bautismo del Espíritu Santo, tal como lo recibieron los 120 creyentes que estaban orando en el aposento alto en el día de Pentecostés.
