Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-11-28 09:28:26 / 13644

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

(3: Continuación)

3 - EL CONSEJERO CRISTIANO

De acuerdo a la Biblia hay cuatro fuentes principales de problemas que aquejan al ser humano:

  1. Enfermedades orgánicas.
  2. Enfermedades mentales y psíquicas no orgánicas.
  3. Pecados personales.
  4. Opresión y posesión demoníaca

La mejor preparación y entrenamiento para el aconsejar cristiano es buscar involucrarse en el estudio de la palabra de Dios, a través de institutos de educación o seminarios cristianos, que le proporcione un fondo teológico y bíblico bien sólido.

Los recursos sobre lo que descansa un consejero cristiano son: la palabra de Dios revelada en la Biblia, la guía del Espíritu Santo, y la Iglesia como congregación de los santos. Dios ha establecido que los creyentes de todas las edades se congreguen en las iglesias locales, como dice la carta a los Hebreos 10:24,25; “ Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos (aconsejándonos) ; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”.

La vinculación de estos recursos por medio del estudio de la Biblia y la reflexión en lo que Dios no habla en ella. Una cotidiana e íntima relación con el Espíritu Santo a través de la oración. Y la participación activa en la comunión con otros creyentes en la Iglesia. Harán que el consejero cristiano adquiera la idoneidad que Dios requiere en este servicio.

Los que podemos considerar como requisitos básicos del consejero cristiano se fundamentan en el desarrollo de una profunda convicción de fe en el Señor Jesucristo y un desbordante amor y compasión para servir fielmente a Dios y al prójimo.

El consejero cristiano debe sobre todas las cosas, ser una persona de fe y de esperanza, creyendo que todas las promesas de Dios se cumplirán. En la Biblia, Dios promete cambiar a todos los que se arrepientan de sus pecados y que busquen andar obedientes a sus mandamientos. Los aconsejados necesitan que el consejero les dé esperanza viva y ánimo para que puedan alcanzar las promesas de Dios. El consejero deberá orientar siempre al aconsejado hacia las soluciones de Dios, y hacer que este deje de mirar los problemas que lo han vencido.

4 - ACTITUDES DEL CORAZON

El role del consejero cristiano es compartir con el afligido la Palabra de Dios, revelada por el Espíritu Santo y ungida en el poder de Su amor e intercesión.

El objetivo del consejero es el de guiar a la persona que solicita consejo hacia la luz de la Verdad que está en la Biblia. Sabemos que cuando una persona inconversa acepta la salvación del Señor Jesucristo, hay que animarla a tomar parte activa en una iglesia local para su futuro crecimiento espiritual. Pero si la persona es un creyente que está alejada de la comunión, hay que restaurarla para que vuelva a ser un miembro útil al cuerpo de Cristo.

Todo consejero cristiano debe tener un corazón dispuesto para el servicio de aconsejar. El Salmo 57:7 dice: “Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto…”.

Estas son las actitudes del corazón para ser un consejero de Dios:

Tener una actitud de corazón obediente a la Palabra de Dios. Dice Romanos 6:17,18: “…aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella… doctrina a la cual fuisteis…liberados del pecado,…”. El consejero que es obediente al Señor Jesucristo, obtiene una notable autoridad espiritual en el servicio, pues siempre estará respaldada por Dios mismo.

Tener un corazón de siervo. Dice Filipenses 2:7: “Jesús se despojó de sí mismo, tomando forma de siervo…se humilló a sí mismo…haciéndose obediente hasta la muerte…”. Y, Mateo 20:28: “como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. El consejero debe ser humilde de corazón y de espíritu. Buscando siempre ser de utilidad para otros, imitando a Jesús que no buscó engrandecerse a sí mismo sino a ofrecerse como siervo de todos.

Tener un corazón limpio y puro. Dice el Salmo 24:3,4: ¿”Quién subirá al monte del Señor? ¿Y quien estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño.” Cuando el espíritu del consejero está tomado por actitudes egoístas e impuras, el Espíritu Santo no podrá fluir para bendecir al aconsejado.

Tener un corazón sumiso. Dice Hebreos 13:17: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta;…”. El consejero debe reconocer y respetar a los líderes de la iglesia que estén sobre él por mandato de Dios. Para poder guiar a otros, primero debe aprender a ser guiado. En la obra de Dios, antes de tener autoridad sobre otro, debe estar bajo autoridad y en sujeción a ella.

Tener un corazón lleno de confianza en Dios. Dice 2 Corintios 1:9,10: “…Tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos nos librará, de tan grande muerte”. El consejero debe tener siempre su mirada puesta en el Jesús durante el tiempo que esta aconsejando, confiando que Él hará todo lo que prometió.

Tener un corazón lleno del amor de Dios. Dice 2 Corintios 5:14: “Porque el amor de Cristo nos constriñe,..”. El consejero debe tener paciencia para escuchar los problemas de los aconsejados, pues sin una actitud de amor, nunca tendrá la paciencia necesaria. Porque el amor es una acción, y no un sentimiento.

Tener un corazón de amor hacia el pecador , aunque al mismo tiempo deberá odiar el pecado que esclaviza al oprimido. Cuando el rey David fue severamente amonestado por el profeta Natán, debido el adulterio cometido con Betsabé, pues David lo mantenía en secreto. Recibió la reprensión de los pecados cometidos y el anuncio de las consecuencias que sufriría por ello; pero sin embargo, después de su arrepentida confesión recibió el misericordioso perdón de Dios. Dice 2 Samuel 12:13: “Entonces dijo David a Natán: pequé contra Dios. Y Natán dijo a David: También Dios ha remitido tu pecado; no morirás”. El consejero debe tener siempre un corazón dispuesto a aceptar a los pecadores sin ningún tipo de rechazo.

Tener un corazón de discípulo. Dice Romanos 2:21: “Tu, pues, que enseñas a otro, ¿no te enseñas a ti mismo?”. Todo consejero antes de aconsejar a otro debe estar bajo alguien que lo aconseje y le supervise espiritualmente.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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