Lección 5: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (3)
(3: Continuación)
Tema 2: JESUS, EN LA CARTA A LOS HEBREOS
Cristo y Melquisedec.
Melquisedec fue un sacerdote muy importante. Su prestigio era mayor aún que el de Abraham. V.4. Existió en días de éste. Lea Génesis 14:17-20. Allí encontrará el registro del relato en el que el patriarca paga los diezmos al sacerdote Melquisedec y aquél le bendice. En el capítulo 7 de Hebreos encontramos referencias a este gran personaje.
Según el versículo 2, sabemos que su nombre significa, en primer lugar “Rey de justicia”, y además “Rey de Paz”. Por lo tanto entendemos, que Melquisedec conciliaba en su persona ambas funciones: sacerdote y rey. En este aspecto podemos ver que se asemejó a Cristo: Sumo Sacerdote y Rey de reyes.
En el versículo 3 leemos: “...sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, hecho semejante al Hijo de Dios...” No podemos aseverar que no tuvo madre ni padre y que no pertenecía a una línea genealógica determinada. Pero es así como lo presenta la historia. Ningún registro nos confiere tales datos.
En ese sentido dice el escritor de la carta, se asemeja al Hijo de Dios, que no tiene principio ni fin. Melquisedec, por lo tanto, no perteneció al orden de Leví. Cristo tampoco era levita, sino que consta como integrante de la tribu de Judá (como ya vimos). También dice en v.16, que Cristo no fue constituido sacerdote conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible...
El v. 17 continúa: “Pues se da testimonio de él: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec”. Ciertos comentaristas bíblicos dicen que posiblemente sea una teofanía (aparición, manifestación de Dios). De acuerdo con los testimonios que brinda la Escritura entendemos que las referencias sobre este célebre sacerdote fueron registradas con un fin peculiar. La mención de Melquisedec no cumple otra misión que la de ilustrar características del oficio sacerdotal de Cristo. Es decir, en este aspecto Melquisedec es figura o tipo del Señor. Además la expresión “hecho semejante a...” marca una semejanza y no una igualdad.
Vayamos ahora al capítulo 10, versículo 5 en adelante. A partir de allí hasta el versículo 7 podemos leer una transcripción de las palabras proféticas consignadas en el Salmo 40:6-8. En el v.8, el escritor de esta carta explica la expresión pronunciada por Cristo de este modo: “Diciendo primero: Sacrificio y ofrenda y holocausto y expiaciones por el pecado no quisiste, ni te agradaron (las cuales cosas se ofrecen según la ley).
10:9: Y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último.
10:10: En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre”.
Cristo sabía plenamente que los sacrificios ofrecidos en el Antiguo Pacto no podían alcanzar el perdón divino por los pecados. Sabía que los sacrificios, en sí mismos, no aseguraban el favor de Dios.
Dios prescribió aquellas ofrendas a fin de que preparasen a los seres humanos para recibir la obra expiatoria perfecta y eficaz de Cristo. Enfatiza el autor: “...pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados... porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. Cristo tenía total convicción de que el sacrificio de su vida satisfacía totalmente la voluntad del Padre. No porque su ofrenda simbolizase los rituales terrenales, sino porque la redención a través de su sangre era y es, el perfecto cumplimiento de aquellas sombras y figuras.
¿Cómo se puede “pisotear” al Hijo de Dios? Continuando en el mismo capítulo, encontramos una severa admonición para quienes persisten en vivir en el pecado, aun siendo conscientes de que Cristo pagó el precio ante Dios para hacer posible su santificación.
¿Qué queda para estas personas? Está muy claro: “...horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego...” V.27. En el v. 28 hay una alusión a la sanción que recaía sobre el que desacataba la ley mosaica. Luego (v.29) se pone de manifiesto que la pena por no aceptar y apropiarse del sacrificio de Cristo, ofrecido una sola vez y para siempre, es aún más grande.
El autor de la fe.
En el último capítulo de Hebreos se nos dice que Jesús es “el autor y consumador de la fe” (v.2). Ya vimos en la lección anterior que no hay otro fundamento sólido donde pueda descansar segura nuestra fe. Cristo y su obra expiatoria es la roca firme.
Un camino nuevo y vivo.
Cuando Cristo expiró en la cruz, el velo del templo, que había interceptado por siglos la presencia de Dios de la comunión con el hombre, fue partido en dos. Esto dejó libre la entrada al Lugar Santísimo. Vimos en el transcurso del texto de esta carta que Cristo como Sumo Sacerdote celestial, traspasó el velo ingresando a la misma gloria (shekina) del Padre. Este acceso lo efectuó una sola vez, y por la eternidad.
Pero, no sólo entró él al Lugar Santísimo del Tabernáculo celestial, sino que mediante su sangre abrió un camino “nuevo y vivo”, a través del cual podemos acercarnos con confianza también nosotros, a la misma presencia, tres veces santa, de Dios (Hebreos 10:19,20).
Esta gran realidad del Nuevo Pacto, efectuada en Cristo, debe motivarnos como hijos de Dios a:
a. Mantenernos firmes en la esperanza de nuestra profesión.
b. Estimarnos entre los hermanos en la fe.
c. Amarnos entre nosotros.
d. Tener comunión congregándonos (Hebreos 10:23-25).
¡Gloria al Señor por el maravilloso legado de esta porción de las Escrituras! Dios le bendiga mucho a través de este estudio.
PREGUNTAS Y EJERCICIOS
5.4 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.
.......... 1. Hebreos pone en relieve la superioridad de Cristo.
.......... 2. El prestigio de Abraham fue mayor que el de Melquisedec.
.......... 3. Melquisedec pagó los diezmos a Abraham.
.......... 4. Melquisedec significa “Rey de Justicia y Rey de Paz”.
.......... 5. Melquisedec es figura o tipo de Cristo.
.......... 6. Hebreos nos dice que Melquisedec es el autor y consumador del camino a la fe.
5.5 - La realidad del Nuevo Pacto efectuada en Cristo, debe motivarnos como hijos de Dios a:
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