Lección 5: LAS REFERENCIAS SOBRE JESUS EN EL NUEVO TESTAMENTO (3)
(6: Continuación)
Tema 5: JESUS EN EL APOCALIPSIS
Reinado universal de Cristo.
Inmediatamente al sonido de una trompeta oímos: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos” Apocalipsis 11:15. Dios el Padre someterá a todo ser viviente (en el cielo, en la tierra y aun debajo de la tierra) al señorío de Cristo y todos le proclamarán “Señor”. Filipenses 2:10,11.
Escuchamos que el momento de juzgar a los muertos ya había llegado y Cristo también estaba preparado para recompensar a sus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen su nombre, sean grandes o pequeños.
El regirá al mundo con equidad. Los que hicieron bien y también los que obraron impíamente, todos, recibirán su justa retribución.
El primer grupo incluye a quienes fueron justificados a través de la obra de Cristo Jesús.
Satanás y sus huestes son derrotados.
De repente se oye un gran alboroto en el cielo, ¿a qué se debe? El arcángel Miguel y sus ángeles sostuvieron un arduo combate con Satanás y sus aliados. Estos últimos fueron lanzados a la tierra y ya no molestan más a los redimidos del Señor. El acusador de los escogidos ha sido derrotado junto con sus huestes. ya no podrá presentar cargos contra los justos. Ya no existirán más creyentes como Job expuestos a las falsas acusaciones.
Luego de esta victoria campal, se oye una voz potente que proclama: “Ahora ha venido la salvación, el poder, ...y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” Apocalipsis 12:10. ¡Qué gran diferencia!. Cristo, el único con derecho de juzgarnos, intercede fielmente por nosotros (como ya mencionamos). Lea otra vez en Romanos 8:34.
La tierra es segada.
Se hace visible una nube muy blanca, y encima de ella se divisa alguien sentado, cuyo aspecto es como el del Hijo del Hombre. En su cabeza brilla una corona real, y en su mano, ¡qué detalle curioso!, tiene una hoz muy afilada. Sorpresivamente aparece un ángel y le dice al ser glorioso que vemos en la nube con voz potente: “Mete tu hoz y siega; porque él ahora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”. Y el personaje que la vimos sobre la nube, hizo tal cual le indicó el ángel, y la tierra fue segada” (Apocalipsis 14:14-16).
Al explicar la interpretación de la parábola de “la cizaña del campo”, Jesús dijo: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo”. Lea en Mateo 13:37-43.
El Tabernáculo del Nuevo Pacto.
De pronto, se abre en el cielo la puerta de un templo. Juan mira con atención y entiende que se trata del Tabernáculo del testimonio, celestial, no hecho de manos, en el cual Dios habita.
Cristo y nosotros somos las piedras vivas que formamos dicho templo. Como ya hemos visto, Cristo es la piedra fundamental, sobre quien descansa toda la estructura del edificio. El Tabernáculo erigido en el desierto fue sombra y figura de este Templo espiritual que es el verdadero, levantado allí en el cielo . Lea también en Apocalipsis 21:3.
Todos adorarán a Jesús.
Nos llamó la atención esta frase del cántico entonado al Cordero: “...por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán...” Apocalipsis 15:3,4.
Enseguida asociamos con lo leído antes en Filipenses 2:10a, “...para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla...”
Cuando se cumpla la visión, esta predicción se hará realidad.
Las bodas del Cordero.
Por la expresión de regocijo dibujada en el rostro de Juan, entendemos que en el cielo se celebra una gran festividad de la que se le hace partícipe a través de la visión.
Cuando retorna de su éxtasis Juan nos comenta: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!. Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” Apocalipsis 19:6,7.
¿Puede imaginar cuánto gozo y alegría envolverá tan grande festejo? La desposada, la Iglesia de Cristo, se presentará con sus vestiduras intachables, sin mancha ni arruga. Lea Efesios 5:27. Cristo habrá preparado para agasajar a su prometida, una gran cena (Apocalipsis 19:9).
El jinete del caballo blanco.
Estamos ahora en los versículos 11 al 21 del capítulo 19. En esta etapa de la revelación, aparece en el cielo un caballo blanco. Quien lo monta está vestido de una ropa teñida en sangre. Juan divisa su nombre: “EL VERBO DE DIOS”. En sus vestidos y en su muslo se lee esta inscripción que lo identifica: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.
Cristo, el juez ante el gran trono blanco.
Se vislumbra ahora un gran trono blanco. Ante él están los convocados a juicio. Los muertos, grandes y chicos, han sido resucitados y están allí ante el gran juez para dar cuenta “...por las cosas que estaban escritas en los libros según sus obras” Apocalipsis 20:12b.
Jerusalén celestial.
Lea desde el capítulo 21 hasta el versículo 5 del capítulo 22, y podrá apreciar la belleza de esta gloriosa ciudad. Juan se sintió deslumbrado por tanto esplendor y le atrajo la gran luminosidad de aquel lugar. ¿Se imagina cuál es la fuente que genera su luz?. Leamos en Apocalipsis 21:23, “La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera”.
Cristo en una oportunidad afirmó: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12), refiriéndose a la luz espiritual. Pero al referirnos a la Jerusalén celestial, entendemos claramente que la misma gloria que irradian el Padre y el Hijo iluminan literalmente dicha ciudad.
El nombre del Cordero escrito en las frentes.
El ángel que le explicaba todo cuanto Juan no entendía, le dijo refiriéndose a la ciudad gloriosa, cuando sea habitada por los redimidos: “Y no habrá más maldición y el trono de Dios y del Cordero estarán en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes” Apocalipsis 22:3,4.
Una vez allá en el cielo todos los salvados por la sangre del Cordero, llevaremos inscripto en la frente este rasgo que nos identifique con él: su nombre.
Fin de la visión.
Lentamente comienza a cerrarse el telón ante nuestros ojos de la fe. Se acerca el ángel de Dios y le explica finalmente a Juan: “Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor... ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto” V.6.
Repentinamente oímos la potente voz de Cristo: “¡He aquí, vengo pronto!. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro” V.7. Luego se escuchó: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último” V.13.
Después se oyó decir: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”, V.16.
Por último se oye: “Ciertamente vengo en breve” V.20. Juan responde: “Amén; sí, ven Señor Jesús” V.20.
Querido/a hermano/a: ¡Aleluya! Falta muy poco, ¡Cristo viene pronto!
PREGUNTAS Y EJERCICIOS
5.10 - Responda.
1. ¿Cómo serán las bodas del Cordero?
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2. ¿Cuáles son las características de la Jerusalén celestial?
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5.11 - Responda.
¿Cree usted que Cristo viene pronto? ¿Por qué?
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REVISION GENERAL
5.12 - Responda con una V para verdadero y una F para falso.
.......... 1. Hebreos pone en relieve la superioridad de Cristo.
.......... 2. Moisés fue constituido “hijo” en la casa de Dios.
.......... 3. Teofanía es una aparición o manifestación de Dios.
.......... 4. Cristo no fue rechazado por los sacerdotes judíos.
5.13 - Responda.
Mencione dos citas que hagan referencia a Cristo, tratados en los temas de:
Hebreos: ......................................................................................................................................................
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Santiago: .....................................................................................................................................................
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Pedro: .........................................................................................................................................................
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Juan: ...........................................................................................................................................................
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Apocalipsis: ................................................................................................................................................
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