Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-11-28 09:28:26 / 13632

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

1 - LA CAPACITACION PARA RESTAURAR VIDAS.

¿QUIEN DEBE ACONSEJAR?

Es la creencia generalizada que la tarea de aconsejar bíblicamente pertenece exclusivamente sólo a los pastores, sacerdotes o clérigos de las iglesias. Pero si profundizamos lo que Dios dice al respecto en la Biblia, nos encontramos que Dios llama a cada cristiano a aconsejar a otros, no como tarea obligatoria, sino como responsabilidad fraternal. En la carta que escribió el apóstol Pablo a los Gálatas 6:1 dice: “Hermanos, (no dice: pastores, sacerdotes o clérigos) si alguno es sorprendido en alguna falta, los que sois espirituales, ( todos los creyentes comprometidos con Dios en servirle fielmente) restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”.

También en la carta a los Romanos 15:14 encontramos otro claro llamamiento a ejercer la tarea de aconsejar bíblicamente:

“Pero estoy convencido de vosotros, hermanos míos, de que vosotros mismos estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, y capacitados también para amonestaros los unos a los otros”.

Estos versículos ciertamente involucran a todos los cristianos comprometidos con Dios y de buen testimonio, en la tarea de aconsejar.

El llamamiento es claro; todos los cristianos tenemos que ayudar a “restaurar” a quien Dios haya colocado a nuestro lado y esté necesitado de enderezar su caminar con Dios.

El mandato de Dios a restaurar la vida de alguien que está en dificultad, se entiende bien tomando el concepto de la palabra restaurar del griego KATARZIO, cuya traducción literal es: “remendar, volver al enfermo a su anterior condición de sanidad”. La palabra restaurar era usada por médicos y pescadores.

Una red con agujeros, no servía, pues los peces atrapados se escapaban por él; cuando la red era reparada, podríamos decir que fue restaurada para su propio uso. Porque vuelve a ser útil por medio de la restauración. El propósito de Gálatas 6:1 por parte de los que son espirituales, es restaurar al miembro de la Iglesia de Cristo, que ha sido sorprendido en una falta, hecho que lo ha dislocado del cuerpo espiritual; al igual que un médico restaura, colocando en su lugar un miembro dislocado. Y de esa forma lo pone nuevamente en su utilidad propia. El consejero que realiza la tarea, no es que asuma la responsabilidad del que ha fallado, lo que hace, es que asume la responsabilidad de aconsejar, de modo que aquél que cometió la falta, logre corregir su error para retomar la carga de su propia responsabilidad en la Iglesia. En resumen: restaurar es lograr que el cristiano fallido vuelva a su lugar de utilidad en la Iglesia del Señor.

Pero también puede ocurrir que el creyente fallido se haya apartado de la Iglesia del Señor. En cuyo caso no hay posibilidad de remitirlo con su problema al pastor o a los ancianos de la iglesia. En este caso la restauración será nuestra obligación. La condición que debemos recordar es que quien va a aconsejar a otro debe pertenecer a “los que sois espirituales” , esto es los que tiene el Espíritu Santo activo. Porque la presencia del Espíritu Santo hace posible que podamos realizar el proceso de restauración en el aconsejar. Debemos pensar que Dios ha colocado providencialmente en nuestro camino, al cristiano que ha errado en su conducta, para que le ayudemos a volver al camino de Dios. Recordemos la actitud del sacerdote y del levita que, en la parábola del “Buen Samaritano”, pasaron de largo y evitaron su responsabilidad de ayudar al prójimo. Dios quiere que en estas situaciones seamos como el buen samaritano.

Puede ocurrir que el problema que le toca aconsejar exceda sus conocimientos bíblicos, o el de su madurez espiritual. Entonces deberá remitir al cristiano a un anciano o al pastor de su congregación. Y así, completará su responsabilidad espiritual.

El otro aspecto, es el de un creyente que tome esta responsabilidad como vocación ministerial. Las Iglesias tiene consejeros “oficiales” designados u ordenados por los pastores y ancianos, para ayudar y pastorear la grey de Dios.

El punto principal del creyente involucrado en la tarea de aconsejar, es que cada consejo emitido: sea el consejo de Dios, sólo así podrá haber restauración; porque si el consejo es pobre o mezclado con conceptos humanistas, puede ser muy perjudicial.

La vida de los cristianos que componen el cuerpo de Cristo, la Iglesia, está en juego. Por ello, el llamado de Dios a restaurar a los fallidos, jamás deberemos tomarlo a la ligera.

¿CUANTAS PERSONAS ESTAN IMPLICADAS EN EL MOMENTO DE ACONSEJAR?

Aparentemente las personas implicadas son el consejero y el aconsejado. Esto sería correcto si estamos hablando de impartir consejos humanos o profesionales; pero en el aconsejar bíblico siempre están implicadas tres personas, porque el consejero y el aconsejado se reúnen en el nombre del Señor Jesucristo, y es en Su Presencia real que se realiza la tarea. El evangelio según San Mateo 18:10 dice: “Donde hay dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos”. Jesucristo reside hoy de modo invisible en su Iglesia en la persona del Espíritu Santo. Jesús antes de ascender a los cielos, se reunió por última vez con sus discípulos y les dijo que el Padre les enviaría “otro Consolador, el Espíritu de verdad”. “Otro” como Él mismo, para que los guiara, y les ayudara en todo lo que Jesús les encomendó que hicieran. La palabra “Consolador” fue traducida del griego PARAKLETOS, que significa: Ayudador, Abogado, Consejero, Intercesor. La presencia del Señor Jesucristo, es manifestada en la consejería por medio de su Santo Espíritu, quien es el autor de las Escrituras, y quien las ha revelado a quienes volcaron en manuscritos la palabra de Dios que hoy tenemos en la Biblia. Por lo tanto, cuando se reúne un consejero con el aconsejado, para que el consejo de Dios sea manifestado por su divina Palabra se requiere la participación del Espíritu Santo. En ese caso habrá tres personas presentes: el Consejero Divino, el consejero cristiano y el aconsejado.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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