Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2015-07-16 13:42:35 / 8011

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

(6: Continuación)

Sin embargo la Biblia ofrece principios que pueden ayudar a disolver los problemas que parecen imposibles de solucionar. En 1 Pedro 3:1, 2 dice: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos , para que también los que no creen la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa”. Aquí hay instrucciones específicas para los cristianos que están casados con inconversos, el énfasis está puesto en ser ejemplo más que predicadores, en ser un testimonio vivo, y no solo verbal. Luego se refiere a la conducta, exhortando a llevar siempre una vida de pureza moral. Aunque en el caso de las mujeres, la Biblia no se opone ni dice nada en contra del maquillaje o los arreglos que usan para lucir más hermosas, sin embargo hace énfasis en la belleza interior, o el “incorruptible ornato” del espíritu, pues esas son las cualidades que complacen a Dios, y que alcanzará a quienes le rodean en el círculo íntimo en el que vive.

Pero detengámonos por un momento para preguntarnos: ¿en qué consiste la belleza interna? ¿Qué significa un “espíritu afable y apacible”? Si tomamos el efecto de lo contrario, de lo que no es, por ejemplo: un cónyuge que está siempre regañando, que grita a los hijos y al esposo o esposa. El cónyuge que rebaja al otro en público, o que no se comunica afablemente con el otro, pero cuando lo hace lo expresa con aspereza, que no escucha, que es impaciente e intolerante. En otras palabras un esposo o esposa creyente nunca va a ganar a su cónyuge para Cristo siendo insensible, exigente, gritón y egoísta. Debe amar a su cónyuge como Cristo amó la iglesia, aunque el otro u otra no sean creyentes. Notemos el contexto más amplio en que aparece esta exhortación de la carta de Pedro a las mujeres y a los maridos, antes había dicho: “manteniendo vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros, como de malhechores, glorifiquen a Dios, en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras” , 1 Pedro 2:12. Y estos inconversos incluyen a: reyes 1 Pedro 2.13, gobernadores 1 Pedro 2:14, amos de esclavos 1 Pedro 2:18, y cónyuges no cristianos 1 Pedro 3:1 - 7. ¿Cuál es el camino para un cónyuge creyente tratando de ganar al otro para Cristo? En esencia la Palabra dice: “Sé un buen esposo”, o “sé una buena esposa”. El comportamiento debe ser igual como si estuviera casado con un creyente. El corazón del cónyuge inconverso puede estar endurecido para Dios, pero tarde o temprano responderá al genuino amor de Cristo, si se muestra de continuo de un modo transparente, con sinceridad y sin ninguna especulación.

Debemos aclarar que la Biblia no garantiza que el inconverso dará una respuesta siempre positiva, respecto a que reciba a Cristo en su corazón, o que cambie sus actitudes y conducta. Sin embargo, si hay paciencia y tolerancia en el cónyuge creyente, podremos esperar que haya una respuesta positiva a un comportamiento verdaderamente cristiano en cualquier relación. Recordemos el Proverbio 15:1: “la blanda respuesta quita la ira, pero la palabra áspera hace subir el furor”.

El divorcio no es la voluntad de Dios, ni tampoco una opción. Mateo 19: 7, 8 dice: “Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así”. Lucas 16: 18 dice: “Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, a que se casa con la repudiada del marido, adultera”.

El adulterio consiste en la infidelidad de una de las partes, y esta es la única causa por la que Dios permite el divorcio. Dice Mateo 5:31,32: “Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada comete adulterio”.

Podemos decir que hay dos formas de divorcio: una es la que se lleva a cabo en complicidad con el silencio de los cónyuges, y el otro es el manifestado públicamente.

Respecto al divorcio en silencio, está referido a aquellos matrimonios que han interrumpido todo tipo de relación entre ellos, incluyendo las relaciones sexuales, pero siguen viviendo en el mismo techo. Y que la paz que aparentan, es solo, una tregua en medio de la guerra. Cada vez que el consejero discierna que hay un divorcio en silencio, que está disimulado, pero no declarado. El primer paso será animar a la pareja a reparar la situación. Ayudándolos a restaurar la comunicación interrumpida, hablando con honestidad y poniendo el perdón como premisa, pues esa será la llave a través de la cual se logrará la reconciliación y el respeto mutuo.

Veamos cuales son las bases permisivas de Dios para el divorcio:

1 - la infidelidad sexual por parte de uno de los cónyuges.

Mateo 5:32 dice: “Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere, y el que se casa con la repudiada, comete adulterio”.

2 - Por abandono del hogar y la negación de cumplir con ninguna responsabilidad conyugal. Tal como lo sentencia 1 Corintios 7: 15 diciendo: “ Pero si el incrédulo se separa, sepárese, pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Dios”. La palabra servidumbre fue traducida del griego: DOULOO , la cual significa “poner en esclavitud” o “hacer un sirviente”. Por esto, la traducción literal de este versículo rompe las ataduras y desliga el compromiso, como para hacer esta relación matrimonial nula y sin valor alguno, para que así el abandonado o abandonada pueda continuar o rehacer su vida en libertad sin ningún tipo de ataduras.

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7 Parte 8

Copie y pegue en su muro de Facebook el siguiente enlace:

https://www.miiglesia.com/site/show-post.php/capitulo-10-el-matrimonio
Editar

Comentar

Enviar

Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

clic para cerrar