Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-11-28 09:28:40 / 8321

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

(2: Continuación)

2 - LA RESPONSABILIDAD DE CADA SER HUMANO FRENTE A LOS PROBLEMAS DE PECADO

Los problemas se manifiestan en las áreas de nuestro cotidiano vivir a saber:

En la familia, en la relación de los esposos, y la de los hijos, y también en la relación con los parientes.

En la iglesia local, en la relación con los hermanos de la congregación, y con los líderes de la iglesia, y con su vida devocional.

En el lugar de trabajo, en relación con la jerarquía laboral, y con los compañeros del trabajo, y con el mismo trabajo.

En las actividades sociales, incluyendo los amigos, y el noviazgo.

En las finanzas, en relación con el presupuesto personal o familiar, o el uso del dinero.

La relación idílica entre Dios y Adán fue interrumpida cuando Eva escuchó la voz del diablo, y así surgió el primer problema, o el origen de todos los problemas. Este primer problema interrumpió la comunión de las criaturas con su Creador, y debido a que ni Adán y Eva supieron encontrar la solución del problema, prefirieron evadirlo escondiéndose. Si Adán  hubiese confesado el pecado a Dios con arrepentimiento, reconociendo que él era el responsable de la desobediencia - en lugar de justificarse -, otra hubiera sido la historia de la humanidad. Pero Adán no solo se justificó echándole la culpa a Eva, sino que lo culpó a Dios por haberla creado como su compañera.

La reacción de Adán, y también la de Eva en el huerto del Edén después de haber pecado, y ante la confrontación de Dios por la desobediencia consumada, fue la de justificarse y echarle la culpa al otro; Adán culpó a Eva, y Eva le echó la culpa a la serpiente. Esta actitud contaminó los corazones humanos hasta nuestros días. Veamos algunas actitudes que toma generalmente el pecador, para evadir su propia responsabilidad y la responsabilidad por su pecado.  Partimos de la base que el dar excusas, o justificarse, o echar la culpa a los demás, agudizará el problema, porque la persona está evadiendo la responsabilidad de enfrentar su problema. Y al dejar intacto el problema, esa vida nunca podrá ser cambiada. Tomemos algunos ejemplos:

  1. El pecador que trata de encontrar la solución, ignorando la gravedad y la urgencia de solucionar el problema. Es la persona que dice: “En realidad no es un problema tan importante”. “No importa que lo resuelva enseguida”.“Simplemente lo ignoraré”.
  2. El pecador que intenta solucionar el problema, desviando el camino de la solución hacia otro lado. Es la persona que dice: “De cualquier forma no era lo que quería”. “Ese no era el rumbo que me convenía tomar”.
  3. El pecador que pretende librarse del problema, retrocediendo o renunciando a su responsabilidad en el asunto. Es la persona que dice: “Nunca lo iba a lograr”. “Lo mejor es abandonar el asunto…”.

Hay un solo camino para solucionar el conflicto y es enfrentando el problema  atravesándolo hasta las últimas consecuencias. Esto se logra cuando el aconsejado reconoce su propia responsabilidad; permitiendo la confrontación bíblica con su pecado. La confrontación ayuda a romper el conflicto y permite alcanzar la victoria  sobre el problema. No cabe duda que hay una solución bíblica para cada problema, pero la solución definitiva la otorga el Señor Jesucristo, quien produce el cambio por medio del Espíritu Santo cuando el aconsejado decide enfrentar el problema al reconocer su total responsabilidad en el asunto.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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