Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-11-28 09:28:40 / 8322

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

(5: Continuación)

5 - TRES PASOS HACIA LA SOLUCION BIBLICA DE LOS PROBLEMAS

Primer Paso: CONFESION DE LOS PECADOS.

Dice la Biblia en el libro de Proverbios 28:13: “El que encubre sus pecados no prosperará; Más el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia”.

El remedio de Dios para los problemas del hombre es la confesión, pues el encubrimiento de las trasgresiones traen miseria, derrota y ruina. Aquí la Palabra de Dios nos dice que la confesión del pecado y su corrección traen consigo el perdón de Dios y la restauración a la vida junto a Él.

En la carta universal de Santiago 5:16 dice: “Confesaos las ofensas los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados,…”. No cabe duda de que el pecado tiene que ser confesado ante Dios. Pero, consideraremos ahora la confesión del pecado a otro. Cuando estamos ante la necesidad de confesar un pecado a otros, especialmente si el problema tiene que ver con la persona que iremos a confesarnos, no cabe duda que es muy difícil encarar la situación. Para recibir ayuda para hacerlo, debemos primeramente confesar la falta a Dios, y luego todo el asunto debe ser llevado en el espíritu al arrepentimiento. Con el espíritu de arrepentimiento nos será más fácil, preparar un bosquejo de cómo le pediremos perdón a la persona afectada. En la parábola del “hijo pródigo”, el hijo le había reclamado al padre su herencia anticipada, y con ella abandonó la casa y malgastó su dinero, y comenzó a vivir miserablemente, al punto de pensar en regresar a su casa y trabajar como peón, aunque no sabía si su padre lo volvería a recibir. Podemos tomar el ejemplo de cómo se gestó en el hijo el arrepentimiento y cómo pensó que debería hacerlo, anticipadamente. El se dijo a sí mismo: “Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; hazme como uno de tus jornaleros”. Nos enseña la parábola que la confesión previa a Dios, preparó el corazón del padre, que cuando lo vio venir de lejos, “fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó”. Entonces el hijo confesó su pecado a su padre, según lo había preparado, y le dijo: “Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. Pero su padre ya lo había perdonado antes de que se lo pidiera, y lo que estaba haciendo su padre en ese momento, era preparar una gran fiesta de recepción.

Segundo Paso: EL PERDON

Todos los creyentes, a partir de nuestra confesión de fe en el Señor Jesucristo, hemos recibido el perdón de Dios. Dios había anunciado al primer ser humano que si desobedecía su mandamiento y comía del “ árbol de la ciencia del bien y del mal” , sería inevitable la consecuencia, de que sufriría condenación a muerte por su falta, de acuerdo a Génesis 2:17. Y esta sentencia fue cumplida rigurosamente, pues Dios es Dios perfecto en justicia, el no podía “borrar con el codo lo que había escrito con su mano”. Así que cuando Dios tuvo que sacar a Adán y Eva del huerto, por el pecado cometido, dice la Biblia que “puso al oriente del Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”. Sin embargo Dios no abandonó la raza humana a su propio destino para que se hundiera para siempre. Por amor a su creación, Dios se hizo hombre en la persona del Hijo de Dios, para que como un segundo Adán, sin pecado, pudiera salvar la humanidad de la condenación eterna, pagando con su propia vida el precio del rescate, para que todo el que crea en Jesucristo como Salvador personal tenga vida eterna. De esa manera Dios el Juez Supremo que había condenado eternamente a la raza humana por la desobediencia de Adán, aplica la justificación de la deuda por medio de la obediencia perfecta de su unigénito Hijo, convertido en Hijo del Hombre para redimir toda la humanidad. De manera que por la fe en lo que Jesucristo hizo, obtenemos el perdón judicial de Dios. Así, Dios, el Juez Supremo, nos perdonó.

Pero hay otro perdón y es el que Dios nos manda otorgar por cada falta cometida contra nuestros semejantes. En el evangelio según San Mateo 6:14,15 dice: “Si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros el Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro padre os perdonará vuestras ofensas”. Este perdón no es judicial sino paternal. Cada creyente debe confesar sus faltas al Padre Dios para recibir su perdón paternal, así como hemos de confesar el pecado a quienes hemos ofendido y solicitar de ellos su perdón. Solo así se logrará la reconciliación bíblica.

Tercer Paso: LA RESTAURACION

La Biblia dice que todo pecado confesado y perdonado, genera el olvido de parte de Dios, y la persona es restaurada a su posición anterior, cuando estaba sin pecado, como si nunca hubiese ocurrido absolutamente nada. El acto que sigue es abandonar radicalmente el hábito que llevó a pecar a la persona, y colocar en su lugar una virtud divina, o un hábito bíblico; porque sino no hay reemplazo del hábito pecaminoso, tarde o temprano, la persona reincidirá en el mismo pecado o tal vez peor. El camino a la restauración es el que describe la carta de Pablo a los Efesios 4:22-24: “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestios del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”. Aquí dice la Palabra de Dios que no solo la mentira sea desechada, sino que la verdad sea colocada en su lugar, como un reemplazo. En el versículo 28 continúa diciendo que el que robaba deje de hacerlo, pero en su lugar lo reemplace por arduo trabajo , y que con su salario dé a los que los que padecen necesidad. La restauración será completada cuando la pauta bíblica se haya convertido, en la práctica, en un hábito santo.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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