Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-12-14 17:15:36 / 10663

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

(6: Continuación)

Cuando una persona es bautizada en el Espíritu Santo, el Espíritu Santo se manifiesta a sí mismo con el poder total del Señor Jesucristo. Primeramente permite el obrar del carácter y la naturaleza de Cristo en nosotros, después nos otorga el poder para realizar las obras de Cristo Jesús. Por eso el Señor dijo: “Las obras que yo hago también haréis, y aún mayores que estas haréis porque yo voy al Padre”. El problema es que muchos creyentes quieren tener el poder de Cristo, pero no quieren experimentar las obras de Cristo; muchos quieren tener la operación de milagros y maravillas, pero no quieren la bondad, la gentileza, la paciencia de Jesucristo en sus vidas. Pero Dios quiere que tengamos la obra completa de Cristo en nuestras vidas. Pablo dice en 1 de Corintios 1:4: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, por la gracia de Dios que os fue dada en Cristo Jesús, porque en todas las cosas fuisteis enriquecidos en Él, en toda palabra y en toda ciencia... de tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo”. Luego la Escritura les llama la atención porque había contiendas y divisiones dentro de la iglesia, uno decía: “Yo soy de Apolos” , otro: “Yo soy de Cefas” , otro: “Yo soy de Pablo”; estaban divididos dentro del cuerpo de Cristo. Es por ello que para vivir en unidad necesitamos las dos manifestaciones de Dios: el carácter de Cristo y la plenitud de Su poder.

Continuando con el poder de Jesús, el Espíritu Santo viene a nosotros, y nadie puede decir: “Jesucristo es el Señor”, esto es manifestar que El es el Dueño absoluto del universo y de nuestra vida, a menos que resida el poder del Espíritu Santo operando en su vida.

Tomemos como ejemplo el poder de la energía eléctrica que llega a nuestros hogares. Primeramente llega a una caja de fusibles y de allí se distribuye a toda la casa; disponemos de 110 o 220 vatios de energía. Y con ese poder hacemos funcionar distinto tipo de artefactos, así como una heladera o refrigerador, una enceradora o aspiradora; se puede usar una plancha para la ropa, operar una computadora, o encender las lámparas que iluminan el hogar, o escuchar la radio, o ver televisión por medio del poder de la electricidad. Estas manifestaciones del mismo poder están al alcance de nuestras manos para poder operarlos. Así también con el derramamiento del Espíritu Santo tenemos varias manifestaciones que están a nuestro alcance.

Eso es lo que dice el Apóstol Pablo en el capítulo 12 de 1 de Corintios: “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho” (1 de Corintios, 12:4-7).

6 - LOS DONES DEL ESPIRITU SANTO

Dios no nos confiere un determinado don que va a residir permanentemente en nosotros; de manera que si la persona tuviese el don de santidad podría ir a cualquier hospital para sanar a todos los que están enfermos. Pero así no es como Dios opera, hay una manifestación del don de sanidad para sanar a los enfermos, esto significa que la manifestación del poder de Dios es para beneficio de la persona que está enferma, no para la persona por la cual el poder se manifiesta. Igualmente podemos considerar el don de ciencia en la manifestación del Espíritu; es en realidad una palabra de conocimiento que Dios nos imparte, y es para beneficio de todos y no para la persona por la cual se manifiesta el don. “Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como Él quiere” (1 de Corintios, 12:8-11).

Algunos tienen el ministerio de sanidad, otros el don de palabra de ciencia, pero es el Espíritu Santo distribuyendo esos dones como a Él le agrada hacerlo; nadie puede forzar al Espíritu Santo a hacer algo que El no desee hacer. Entonces nosotros pasamos a ser siervos de Dios porque estamos de acuerdo en hacer lo que el Espíritu Santo quiere hacer en la plenitud de la voluntad de Dios. Así como el fruto del Espíritu se divide en tres grupos: Fe, Esperanza y Amor, los dones del Espíritu se agrupan en tres clases, también. Primeramente la manifestación de los dones de “revelación” : Palabra  de Sabiduría. Palabra de Ciencia y Discernimiento de espíritus.  La segunda manifestación son los dones de “expresión verbal inspirada”: Hablar en Lenguas,  Interpretación de Lenguas y Profecías.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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