Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-01 12:04:19 / 9303

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

(2: Continuación)

Los demonios tienen fuerza sobrenatural: “Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos” (Hechos 19:13-16).

Los demonios pueden posesionarse tanto en animales como en seres humanos. “Y los demonios, salidos del nombre, entraron en los cerdos; y el hato se precipitó por un despeñadero al lago, y se ahogó” (Lucas 8:33).

Los demonios tienen poder de predecir el futuro: “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando” , (Hechos 16:16). Durante una sesión de liberación el consejero debe ser cuidadoso cuando los demonios dan algún informe, pues con mucha frecuencia mienten porque no son de Dios. No se debe ni hablar ni contestar a los demonios, en lugar de esto se debe depender del Espíritu Santo que da el discernimiento verdadero y todo el conocimiento y la sabiduría que se necesiten.

Los demonios pueden falsificar las obras de Dios. “Los magos de Egipto pudieron convertir sus cayados en serpientes como el Señor lo hizo con el cayado de Aarón; pero el cayado de Aarón devoró las serpientes de los magos” (Éxodo 7 :9-12).

Uno puede preguntarse ¿cómo puede el diablo sanar o hacer alguna cosa buena, y por qué la hace? Satanás es un ángel caído que todavía conserva el poder que tuvo cuando pertenecía al cuerpo angelical de Dios, solo que ahora usa el poder para engañar y hacer que la gente se aparte de Dios, para lograr que le sirvan a través de brujos y curanderos, y finalmente destruirlas. Su objetivo es confundir a todos los seres humanos, y particularmente a los santos de Dios haciéndoles siervos inútiles.

No es fácil reconocer el trabajo del enemigo en la iglesia. De ahí que la Escritura nos instruya en la carta a los Gálatas a vivir según el Espíritu de Dios y a crucificar la carne con sus apetitos y deseos. Hay una lista detallada de las obras de la carne para que los consejeros y ministros puedan reconocer dónde están las fallas del pecador: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías y cosas semejantes a estas; acerca de las; cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios” (Gálatas 5:19-21).

Cuando un creyente da lugar dentro de su corazón a motivos, actitudes y acciones pecaminosas que son contrarias al Espíritu de Dios, necesita ente todo confesar el pecado con arrepentimiento, pero también según el tiempo que convivió y alimentó el pecado, es muy posible que necesite liberación espiritual, para desligarse de los espíritus que ha permitido lo opriman y que con seguridad tienen el mismo nombre de su pecado. ( Hay demonios de perversión sexual, de homosexualidad, de codicia, de asesinatos, de violencia, de fraude, etc.)

El consejero deberá usar el discernimiento espiritual, específicamente cuando se encuentra frente a un aconsejado que está bajo la influencia de un espíritu de falsa doctrina, para ello dice la Palabra: ”...y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo..." (1 Juan 4:3).

Jesús instruyó a sus seguidores a orar y a ministrar en su nombre, tal como dicen las Escrituras, pues para entrar a batallar en la guerra espiritual, si lo hacemos en nuestras fuerzas seremos derrotados, por ello debemos usar el nombre de Jesús en el ministerio de la liberación, y debemos enseñar a los aconsejados a hacer lo mismo. Dijo Jesús: "En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán" (Marcos 16:17, 18).

2 - EVIDENCIAS BÍBLICAS PARA DISCERNIR ENTRE EL ESPIRITU DE DIOS Y LOS ESPIRITUS DE ERROR EN UNA PERSONA

Las Escrituras nos advierten a no creer a toda persona que no conocemos solo por el hecho de que dice ser creyente, sino que debemos comprobar si el espíritu que anida en tal persona es verdaderamente de Dios o no. Veamos algunos textos reveladores que nos ayudan a discernir espiritualmente:

Dice 1 Juan 4:1-3: “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”. Y en Colosenses 2:8 dice: “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo”.

El primer paso es comprobar si el espíritu del aconsejado que dice ser creyente, puede confesar a Jesús como el Mesías, y el Cristo de Dios y creer que Jesús es Dios viviendo en carne humana, tal como lo expresa 1 Timoteo 2:4-6: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo”.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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