Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-03 21:11:41 / 8625

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

(4: Continuación)

10. El robo:

Es fomentado en un niño que ha sido perjudicado en sus intereses personales. La atención, el amor, y la aceptación que él necesita han sido disminuidas y se siente como víctima de un robo.

11. Curiosidad e indiscreción sexual:

Es motivada por falta de amor y aceptación paternal, o maternal, provocando un deseo de satisfacer la carne. Puede comenzar con masturbación, y seguir con pornografía, lo que puede esclavizar al hijo en esclavitud sexual.

12. Abuso de las drogas y el alcohol:

Puede ser motivado por presión de los compañeros, o por mal ejemplo de los padres, o el deseo de escapar de la realidad en que vive.

A continuación detallamos algunas guías generales para el consejero, para que pueda ayudar a padres que se enfrenta con la necesidad de tratar con estas áreas de notoria rebeldía en sus hijos:

Rivalidad:

A cada hijo se le debe hacer sentir que su posición en la familia es única, y especial a la vista de Dios. El reconocimiento y desarrollo de los talentos y dones es un instrumento valioso en el cumplimiento de estos propósitos. Dice Santiago 3: 16: “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa”.

Las presiones de los compañeros:

La mayor protección para que un niño no se rinda ante las presiones de los demás, es su relación personal con Cristo y su habilidad de mantenerse firme por sí mismo. El ejemplo dado por los padres es muy importante, especialmente en la conducta frente a la competitividad y las modas. Por ejemplo: no “estar en competencia con los vecinos”, ni tampoco estar a merced de las “modas”. Esto es una puerta para ceder en la integridad de la identidad para ser aceptados socialmente. Romanos 12: 2 dice: “No es conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento...”.

Lenguaje grosero:

Cuando el uso de un lenguaje grosero es el resultado de lo que han escuchado de un miembro de la familia en el hogar, la raíz del problema está en ese familiar. Este debe arrepentirse y pedir perdón al Señor y al niño. Cuando la fuente resulta fuera del hogar, enseñarles los principios bíblicos acerca de la lengua, junto con la memorización de las Escrituras, pueden ser útiles para corregir el problema del lenguaje grosero. Efesios 4:29 dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes”.

Comportamiento abusivo:

Cuando un comportamiento abusivo es habitual, los padres necesitan tener cuidado y buscar las razones y causas. Es importante ministrarlo primero por las frustraciones interiores antes de aplicar una disciplina. 1 Tesalonicenses 5: 14 dice: “También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo”.

Un estilo de vida indisciplinado o perezoso”

Lo que parece ser pereza puede ser síntoma de problemas más profundos. Falta de descanso, dieta pobre y crecimiento rápido (especialmente en la adolescencia); aún pueden ser problemas visuales y de oído los que ocasionan que un niño manifieste, poca motivación. Cuando la causa es un mal ejemplo de parte de los padres o que ellos esperan demasiado de su hijo, naturalmente los padres deben examinarse y corregir su propio pecado. Un programa de trabajo con un sistema de recompensa por su cumplimiento, puede ser efectivo en algunas oportunidades para corregir el ciclo de pereza. Proverbios 13:4 dice: “El alma del perezoso desea, y nada alcanza...”.

Ingratitud:

Un ambiente de gratitud se establece en el hogar cuando los padres hacen que los hijos se enteren de todo lo que Dios ha hecho y está haciendo en sus vidas. Reconocer a Dios como la fuente de todo don, desarrolla en el corazón del niño una actitud de agradecimiento. 1 Timoteo 6:6 dice: “Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento...”.

Se niegan a ayudar en el hogar:

La colaboración en el hogar ayuda a un niño a valorar el trabajo de equipo y a aceptar el cumplimiento y la realización de las responsabilidades asignadas. Cuando un niño desconoce la autoridad de sus padres, éstos deben responder inmediatamente con disciplina, que es lo apropiado en un caso de rebeldía. Muchas veces el ejemplo de los padres en el hogar no alienta al niño para cumplir sus responsabilidades. Los padres que son culpables necesitan confesar y arrepentirse de su pecado y de haber fallado en dar un buen ejemplo para que sus hijos lo imiten. 2 Tesalonicenses 3: 10: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”.

Tienen pereza o rehúsan hacer las tareas escolares en el hogar:

La prioridad de cumplir con las tareas escolares en el hogar antes del tiempo de des - canso, o entretenimiento, necesita ser establecida. Esto requiere control estricto de parte de los padres, ya que el niño necesita ejercitar su responsabilidad para completar las tareas que le corresponden. Proverbios 12:24 dice: “La mano de los diligentes señoreará...”.

La mentira:

Los padres deben ser cuidadosos en decir siempre la verdad y sólo la verdad. Cuando usted no es culpable de haber mentido, puede tratar con los culpables. Si usted sabe que es una mentira y por temor a una confrontación la pasa por alto, sólo aumentará el problema. Haga de la verdad la norma de su hogar, sin importarle el costo. Efesios 4: 25 dice: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros”.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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