Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-03 21:11:41 / 8610

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

(5: Continuación)

El robo:

Cualquier cosa que ha sido robada debe ser devuelta y el niño debe declarar que la robó y pedir perdón a Dios y a la persona. Si el objeto ha sido destruido o dañado, debe ser reemplazado por el mismo niño con sus propios recursos. Los padres deberían aprovechar esta situación para enseñar a los niños acerca de la “propiedad privada”. Refuerce con las Escrituras y pida al niño que exprese cómo se sentiría si alguien le robara algo suyo. Pregunte al niño si tiene algún motivo por el cual se siente perjudicado (en su tiempo, sus intereses personales, etc.). Entonces responda como Dios le respondería a usted a través del perdón y el cambio. Mateo 19: 18 dice: “Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio”.

Curiosidad e indiscreción sexual:

Cuando la natural curiosidad acerca del sexo no es enfocada hacia el conocimiento del propósito de Dios, la indiscreción sexual dará como resultado alguna perversión. Los padres deberían ayudar a sus hijos a entender el valor de vivir una vida en el Espíritu Santo, dirigiendo sus energías hacia actos piadosos. El ejemplo de padres que se aman y se demuestran afecto, ayuda a los hijos a guardar equilibrio en el entendimiento del justo lugar que ocupa el sexo. 1 Pedro 1: 16 dice: “...porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.

Abuso de las drogas y del alcohol:

Cuando a un hijo se involucra con el alcohol o las drogas, o ambos, es porque busca la oportunidad de poder escapar de la realidad de la vida. Los padres necesitan determinar cuál es el motivo para que actúe de esa manera. Muchas veces los hijos necesitan ayuda de un consejero entrenado al respecto. Esta situación puede demostrar que los padres no están cumpliendo las responsabilidades que Dios les ha asignado para con sus hijos. Un padre puede ser también dependiente de la droga o del alcohol, de tal modo que está poniendo en acción un patrón de pecado para el hijo. Los padres que se sientan culpables, necesitan buscar liberación a través de la confesión y el arrepentimiento de sus pecados. Efesios 5: 18 dice: “No os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu...”.

Estas distintas manifestaciones de rebelión que hemos mencionado, son producto del pecado en la vida del niño, o adolescente, o joven, frente a los embates de la vida. Para los padres estos son signos visibles de que el hijo o hija está pidiendo ayuda, y buscando inconscientemente alguna orientación para salir. No cabe duda que lo que necesitan es todo el consejo de Dios para ser liberados.

5 - RESTAURANDO LA FAMILIA BÍBLICA

Dice Génesis 12: 2, 3: “Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”.

La familia bíblica sólo prospera donde existe una comprensión de las necesidades del espíritu y del alma y cuando hay el ferviente deseo de edificarla de acuerdo con la Palabra de Dios. Deuteronomio 28:1,2 dice: “Acontecerá que si oye res atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios, te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios”.

La Palabra de Dios expresa en Tito 2:1 - 8: “Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras; no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes; presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros”.

Dios ha colocado a los padres en una posición tal; que pueden darle acceso al Señor, para ser la puerta de bendición, o por el contrario ser un obstáculo, impidiendo que la gracia de Dios llegue a todos los integrantes de la familia. Desde los patriarcas del Antiguo Testamento vemos como la bendición de un padre dirige el fluir de la generosidad divina, atrayendo el favor de Dios sobre su casa. Los principios bíblicos que rigen a los padres son sencillos: Él ha puesto el cuidado de los hijos en las manos de los padres; por lo tanto, la bendición que nuestros hijos esperan descansa sobre nosotros. Un niño sin la bendición de un padre vagará en un terreno espiritual árido y sin fruto.

Ninguna familia bíblica prosperará sin el consentimiento, ni la bendición del padre. Esta bendición desciende por herencia de tres maneras:

1. A través de los genes heredamos tanto la salud corporal como la tendencia del carácter de nuestros padres.

2. Recibimos bendición de nuestros padres por obedecerlos a ellos por medio de la obediencia a la palabra de Dios.

3. Por la ley divina que rige la siembra y la cosecha espiritual. El padre no sólo cosecha de lo sembrado en su vida, sino los hijos de sus hijos también cosecharán de esta siembra. Si el padre siembra bendición sus hijos cosecharán bendición, en caso contrario recogerán maldición. Porque todo lo que le suceda en su vida traerá: bendición abundante, o maldición y aflicción para sus hijos. Dice Proverbios 13:22: “El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos”.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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