Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2013-11-28 09:55:49 / 7226

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

(3: Continuación)

ESCLAVITUD ESPIRITUAL

Cuando un creyente oculta sus pecados y los retiene sin confesarlos, trae como resultado esclavitud. El pecado como si fuese una semilla, afirma sus raíces en el corazón del pecador, y desarrolla un hábito con ramas que dan fruto de rebeldía y maldad. Los pecados no confesados producen sufrimientos emocionales y también físicos. Dice el Salmo 32:2,3: “Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó tu mano; se volvió mi verdor en sequedades de verano”. El pecador puede a veces estar bajo el engaño que su actitud es pasajera o de poca intensidad, puede decir “tengo un enojo pequeño con fulano”, o “fue una mentira pequeña”, pero guardar el enojo o mentir es pecado, y todo pecado no confesado produce atadura espiritual, y aunque sea pequeño, siempre producirá una atadura que necesita liberación espiritual.

Jesús vino a darnos una nueva vida de abundantes bendiciones, Él dijo: “Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10).

Todo pecador necesita confesar su pecado, para ser liberado de la esclavitud que lo atormenta. Debemos saber que el pecado sale por una sola vía, y es por la boca del pecador que confiesa su falta. Dice el salmo 32:1,5: “Bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado... Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al Señor; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado”.

Una vez que el aconsejado ha confesado su falta, y ha decidido alejarse de las causas que provocaron su pecado, debe comenzar a practicar el odio al pecado cometido, tan intensamente  como Dios odia todo pecado.

La misión del consejero es lavar los pies de todos los hermanos que han caído en la suciedad del pecado, y ayudarlo a volver  a vivir en libertad espiritual, la que Dios nos ha llamado a vivir.

¿QUÉ SUCEDE SI NO LIMPIAMOS EL ALMA DEL PECADO?

Cuando el pecador retiene su pecado sin confesar, lleva adelante una vida con culpa, y esto genera un triple efecto negativo que afecta la mente, el organismo humano, y el espíritu del pecador.

1 - PROBLEMAS MENTALES Y EMOCIONALES:

Estos problemas no son una enfermedad, si no el resultado de un modo de vivir desordenado y en contraposición al plan divino.

El consejero  debe comprender la diferencia que hay entre el pecado y una enfermedad orgánica.

Cuando un aconsejado sufre de problemas mentales o emocionales, se lo podrá ayudar si el consejero descubre que las raíces del problema están en algún pecado escondido, o no reconocido por el aconsejado. El camino a seguir es que el aconsejado pueda reconocer su responsabilidad personal, y buscar la solución del pecado que origina los problemas para que sea librado de su esclavitud.

Pero si el problema del aconsejado es orgánico, no podemos llevarlo a ninguna reflexión si está padeciendo de alguna afección cerebral, será necesario que sea asistido por un médico. Dice Juan 15:22: “Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa por su pecado”.

2 - ENFERMEDADES FÍSICAS:

Cuando un pecado es retenido sin confesar, como hemos visto anteriormente puede producir problemas orgánicos de origen psicosomáticos, tales como: Hipertensión arterial, corazón, dolores de cabeza crónicos o cefaleas, úlceras, colitis, cálculos en el hígado y riñones, artritis.

Hay estadísticas de que más del 60% de las enfermedades son de origen psicosomáticos, a raíz de problemas mentales o emocionales. Y que la mayoría de estas enfermedades son originadas por pecados no confesados, en forma consciente o inconsciente.

También el llevar una vida contraviniendo las leyes de Dios, produce errores mentales y espirituales; que pueden dar origen a problemas estomacales, como los disturbios funcionales en la digestión; problemas respiratorios, y que no son orgánicos sino espirituales. Dice el Salmo 38:3-5: “Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis llagas, a causa de mi locura”.

Parte 1 Parte 2 Parte 3 Parte 4 Parte 5 Parte 6 Parte 7

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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