Publicado en Cursos / Consejería / — Carlos / 2014-02-03 17:27:07 / 8323

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

(7: Continuación)

CONSEJOS PARA RESOLVER LOS CONFLICTOS CONYUGALES:

  1. Sea honesto consigo mismo. Esté dispuesto a admitir que pudo haber cometido una falta. Tenga humildad para escuchar y pedir perdón.
  2. Nunca trate de herir o tomar venganza. Respeto, admiración y confianza deben permanecer en un matrimonio.
  3. Cuando un deseo de herir aflore, pare por un tiempo. Evite un encuentro si es necesario. Tome tiempo para recapacitar y recobrar su perspectiva. El mejor recurso es la oración. Deje que Jesús restaure su auto-control.
  4. Siempre diga estas dos importantes palabras: “Te perdono”. Decir que todo está bien, cuando estamos heridos después de una discusión, es tanto como decir una mentira y un insulto. Hasta que la cruz de Cristo limpie, no hay ningún “todo está bien”, no importa lo que pensemos o sintamos.

7 - AYUDAS PARA EL MANEJO DE LAS FINANZAS

Cuando un creyente pide consejo a causa de problemas con el dinero, como consejeros debemos aclararle que el dinero en sí no es la causa del problema, ni la raíz de todos de todos los males, dice 1 Timoteo 6:10, que “el amor al dinero es la raíz de todos los males”. Lo primero que hay que descubrir si el problema matrimonial está generado porque alguno de los cónyuges o ambos, tiene “amor al dinero”. Porque los que tienen amor al dinero están corriendo el riesgo de “extraviarse en la fe” como sigue diciendo el versículo 10. Debemos saber que no solo los ricos tienen la tendencia de hacer dinero como su objetivo principal, sino que el deseo de tener dinero puede ser tan intenso también en los que tienen poco o ningún dinero. La cuestión principal es descubrir cuál es la actitud del aconsejado hacia el dinero, y si lo anhela en forma de amor, debe confesar el pecado y arrepentirse.

En tiempos difíciles y de crisis económica, la tentación a comprometerse en compras en cuotas con planes de pago extendidos, han traído malas consecuencias a muchas familias de cristianos. Otros creyentes han seguido falsas enseñanzas sobre el uso del dinero, acerca de que es bíblico que el cristiano busque enriquecerse, y que es un objetivo digno en la vida, y hoy se encuentran endeudados, y han perdido aun lo que no tuvieron, sin encontrar una salida a su desastrosa situación económica.

Es importante ministrar a los aconsejados con problemas de dinero acerca de las promesas de Dios para los que practican una buena administración del dinero. Dice Deuteronomio 28: 12-13: “Te abrirá el Señor su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos del Señor tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas”.

También es importante que el aconsejado sepa las amonestaciones de Dios por la desobediencia en la práctica de la mayordomía del uso del dinero. Dice Deuteronomio 28:43-45: “El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será por cabeza, y tú serás por cola. Y vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te perseguirán, y te alcanzarán hasta que perezcas; por cuanto no habrás atendido a la voz de Jehová tu Dios para guardar sus mandamientos y sus estatutos, que él te mandó”.

Dios es quien nos da la abundancia de sus riquezas, y Él nos la confía con el propósito de que seamos buenos administradores. 1 de Timoteo 6:17 dice: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos”. Proverbios 11:28. “El que confía en sus riquezas caerá; más los justos reverdecerán como ramas”.

El consejo de Dios es que vivamos de acuerdo con nuestras posibilidades, lo que quiere decir que no gastemos más de lo que ganamos mensualmente. Esto significa no tener que usar créditos, ni pedir dinero prestado para proveer los gastos normales del hogar. También implica el uso del dominio propio y la autodisciplina para controlar gastos y cubrir necesidades, gustos y deseos de cada integrante de la familia.

En el establecimiento de nuestra seguridad y estabilidad financiera, es necesario separar necesidades: de gustos y deseos, para no perder nuestra libertad.

Nuestra responsabilidad frente a las necesidades básicas de la familia está considerada en 1 de Timoteo 5:8 que dice: “Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”.

Los gustos que impulsan los deseos son expresados por preferencias en calidad, tales como desear un buen bife en lugar de una hamburguesa, sin tener la provisión de Dios. La Palabra de Dios nos habla respecto al trato que debemos darle a los gustos en 1 Pedro 3,4 diciendo: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”.

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Tabla de Contenido:

CURSO BÍBLICO PARA EL CONSEJERO CRISTIANO

CAPITULO 1: EL CONSEJO DE DIOS

CAPITULO 2: LA RAIZ DE LOS PROBLEMAS

CAPITULO 3: LAS PRUEBAS y LAS DIFICULTADES

CAPITULO 4: PECADO y ESCALVITUD

CAPITULO 5: SALVACIÓN y RESTAURACIÓN

CAPITULO 6: EL MINISTERIO DEL ESPIRITU SANTO

CAPITULO 7: SANIDAD DIVINA

CAPITULO 8: LIBERACIÓN DE LA ESCLAVITUD ESPIRITUAL

CAPITULO 9: LIBERACIÓN ESPIRITUAL

CAPITULO 10: EL MATRIMONIO

CAPITULO 11: EL HOGAR CRISTIANO

CAPITULO 12: LA FAMILIA CRISTIANA

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